El anfiteatro de Garray, junto al yacimiento de Numancia volvió a quedarse pequeño ante la escenificación de uno de los capítulos de las guerras numantinas entre celtíberos y romanos, en una obra bajo la dirección del profesor Pedro Muñoz y el guión del catedrático Alfredo Jimeno.
La obra, con más de doscientos actores de la Asociación Tierraquemada convocó a más de 4.000 espectadores que no pusieron pegas al ligero viento -y algo fresco también- que se cernía por las inmediaciones del yacimiento. Una función que daba comienzo a las ocho y media de la tarde de este sábado 27 de julio, retrasando la hora de anteriores ediciones para evitar el calor.
La representación, titulada ‘Mancino desnudo ante Numancia’, tal y como resumió el director a SORIANOTICIAS.COM, aborda un episodio del devenir guerrero que se vivió por estas tierras entre el 153 y el 133 antes de Cristo. La teatralización resumía el acuerdo que alcanzó el cónsul Mancino, al frente de las tropas romanas, que por error suyo fueron asediadas por los numantinos, pero se llegó a la capitulación, con lo que se salvaron cerca de 20.000 vidas en las filas invasoras.
Un tratado de paz que en la capital del Imperio no fue aceptado por el Senado, enviando al cónsul nuevamente ante las murallas de Numancia donde le fueron retirados los atributos militares. Sin embargo, los numantinos, fieles a su palabra no toman a Mancino como prisionero, dejándolo en libertad.
“Ha habido un gran número de ensayos para poner en escena esta crónica”, reseñó Muñoz, indicando también la existencia de “más figurantes con un mayores y mejores movimientos” que cuando ya se representó en el mismo yacimiento arqueológico, y donde no había “la capacidad de movilización de actores que tenemos ahora”. Como anécdota, en esta edición, que cumple su número quince, no contó con la presencia de caballos como en otros episodios, aunque sí salió a la arena un pequeño rebaño de ovejas que cumplieron con gran ‘profesionalidad’ su cometido.
También se mostró muy satisfecho con la gran respuesta que había obtenido esta convocatoria, que tras quince años sigue concitando la atención de miles de visitantes cada año por estas fechas.
Cabe señalar que antes de iniciar la representación, Jimeno, en el prólogo, pidió un minuto de silencio por las víctimas del accidente ferroviario en Santiago de Compostela y que fue seguido con máximo respeto por los asistentes.