Este 26 de diciembre, la localidad pinariega celebrará este evento en el que lo más importante es disfrutar de una tarde en Comunidad. Son los propios vecinos los que se encargan de sacar adelante este Nacimiento.
Este año vuelve uno de los belenes vivientes más emblemáticos y divertidos de toda la provincia. Vinuesa ultima los preparativos para albergar esta representación que tuvo que ponerse en pausa por la pandemia. Este 26 de diciembre a partir de las 16:30 la plaza de la iglesia se llenará de nuevo de casetas y decoración y decenas de visontinos preparan ya sus atuendos para trasladar el centro de la localidad pinariega 2.000 años atrás en el tiempo.
Este Belén Viviente, a diferencia de otros, no cuenta con un argumento ni narra una historia. Sin embargo, sí que hay 3 personajes principales. El Paje Real llegará al Nacimiento para recoger las cartas de los niños dirigidas a Sus Majestades los Reyes Magos. Después, justo antes de terminar con esta intensa tarde de compartir y reencontrarse, la Virgen y San José harán su entrada triunfal en el Belén antes de que un espectáculo musical y luminoso dé por concluida esta tradicio?n. Entonces, ¿qué es lo que hace especial el Nacimiento de Vinuesa?
Lo singular de este Belén es que los visontinos se encargan de llenar de vida el improvisado pueblo que montan en la plaza. Algunos traen licores, otros caldo, otros pan, embutido o cualquier cosa comestible y se meten en el papel que les otorga su atuendo para asumir un nuevo oficio por un día. "Nos pasamos toda la tarde disfrazados, comiendo, relacionándonos, tomándonos algo y de ahí vino la fama del Belén, por lo bien que nos lo pasábamos. Cada uno aportaba lo que podía para pasar una tarde muy divertida", asegura Juan Ramón Soria, alcalde de la localidad y participante fiel de este Nacimiento.
Los vecinos llevaban todo lo necesario de forma altruista aunque, a medida que han ido creciendo tanto la tradición como el número de visitantes, se diseñó una especie de colecta en la que todos los que consumían podían aportar algo que ayudara a financiar la representación del año siguiente. Pero como en estas fechas lo primero es compartir, la mitad de lo recaudado se ha destinado a causas benéficas. El último año, Acnur fue la beneficiaria de esta aportación, aunque este año todavía no se ha decidido quién recibirá esta ayuda.
Un nacimiento organizado por los propios vecinos en el que el Ayuntamiento se encarga de que dispongan de todo lo necesario, incluido de la coordinación de todo tipo de talleres y elementos indispensables para que salga adelante año a año. Los visontinos llevan varias semanas dedicados a prepararlo todo, aunque el primer año esta labor se extendió durante muchos más meses. "Cada persona se encargaba de crear o decorar una vivienda, la panadería, el obrador… estos años sucesivos ya es un poco más llevadero", afirma Soria. Año a año, van completando una plaza que ya está prácticamente repleta de gente y casetas.
Y es que todo surgió por iniciativa de los propios vecinos y la Asociación Juvenil y Soria reconoce que han sido, en concreto, las vecinas, las que lo han logrado mantener vivo. "SOn sobre todo un grupo de mujeres las que han tirado de todo esto para adelante, como casi todo en Pinares", bromea el alcalde. El año previo al estallido de la pandemia ya se juntaron más de medio centenar de personas para representar el Belén. Pequeños, medianos, mayores y hasta animales se reunieron para dar vida a este singular pueblo. "No es un acto del Ayuntamiento, es un acto de los vecinos, un día de diversión y ahí está el éxito del Belén, en que la gente se lo pasa muy bien", concluye Juan Ramón Soria.