Aparecen nuevos vestigios del castillo de Borobia

En lo que se llama como Alto del Castillo de Borobia, lugar en que en un extremo se construyó el observatorio astronómico, y al objeto de actuar en la zona para el disfrute y esparcimiento de la población a través de un parque y mirador, se hacía necesario actuar arqueológicamente para desentrañar lo que los vecinos de la localidad han venido recordando tradicionalmente sobre su existencia, los restos del antiguo castillo. Una construcción que al parecer fue derribada tras el fuerte y prolongado asedio que sufrió la población en la Guerra de Sucesión de principios del siglo XVIII.

El yacimiento arqueológico ahora descubierto se encuentra en el centro del casco urbano. Su disposición topográfica se halla, un cerro de empinadas laderas y escasa plataforma superior, lo que planteaba problemas en su acceso y tránsito peatonal. Al realizar obras en el observatorio astronómico, localizado en el extremo norte del cerro, se puso al descubierto una pequeña zona de pavimento con un empedrado elaborado con pequeños cantos de ríos que configuran dibujos geométricos.

Dado el deterioro que estaba sufriendo el empedrado y los problemas de accesibilidad en esta zona, el Ayuntamiento se planteó la necesidad de intervenir en el área para facilitar su visita. Al encontrarse sobre el yacimiento arqueológico (incluido en el Inventario Arqueológico de Castilla y León) el Servicio Territorial de Cultura de Soria planteo la necesidad de realizar un estudio arqueológico previo a cualquier intervención en la zona.

Tras la concesión del correspondiente permiso de intervención arqueológica por parte de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Soria los trabajos dieron comienzo el pasado día 12.

Uso de drones

Los trabajos realizados durante dos semanas se han desarrollado en dos fases, la primera ha consistido en la realización de un levantamiento topográfico realizado mediante fotogrametría con uso de drones.

La segunda se ha centrado en la realización de sondeos arqueológicos para confirmar la existencia de restos constructivos de la fortificación. Se ha excavado una extensión de 38 metros cuadrados repartidos en seis sondeos que han sacado a la luz importantes vestigios de muros y pavimentos de lo que fue el castillo de Borobia. Estos restos confirman que la edificación no solo ocupaba la parte superior del cerro sino también gran parte de sus laderas, habiendo aparecido pavimentos empedrados de lo que sería el patio de armas y muros con grosores que llegan a un metro de ancho y de más de dos metros de potencia.

Los materiales encontrados durante la excavación, constructivos y cerámicos, parecen apuntar a una cronología de época Bajo medieval /moderna para estos restos, pero estos datos deberán ser confirmados en futuras intervenciones.

Los trabajos de excavación han sido realizados por la empresa Areco Arqueologia, bajo la dirección de los arqueólogos Alberto Sanz, Carlos Tabernero y Juan Pedro Benito, y costeados en su totalidad por el propio Ayuntamiento, con una adjudicación por valor de 6.836,5 euros, a cuyo concurso acudieron tres grupos de arqueología.

Descubiertos estos restos, el objetivo será, en la medida de las posibilidades económicas y esperando contar con algún apoyo público de otras administraciones, continuar la excavación hasta su total salida a la luz, consolidarlos y poner en valor todo este patrimonio histórico y cultural para que sea visitable y refuerce el ya importante patrimonio cultural de la Comarca del Moncayo.

Fortín de frontera

El castillo de Borobia fue una de las fortalezas más importantes de la frontera durante la Edad Media. Su primer teniente conocido fue Lope Iñíguez, bajo la autoridad del rey de Aragón, que gobernó la plaza entre 1126 y 1134. Fue por entonces una fortaleza de vanguardia frente a los árabes, que se hallaba asociada a otras plazas de retaguardia ubicadas en el valle del Ebro como Arnedo o Calahorra, entre otras.

Tras su paso a Castilla se convirtió en una fortaleza relevante en la defensa del reino, y en especial de la ciudad de Soria. En ella se firmó en febrero del año 1284 un importante tratado entre el rey de Castilla, Sancho IV el Bravo y su tío, Pedro III el Grande, rey de Aragón. De hecho tuvo un papel destacado en todas las guerras que asolaron ‘La Raya’ (frontera) durante la Edad Media, con especial protagonismo durante la Guerra de los dos Pedros (1356-1369).

En 1429 fue tomado este el fortín por el rey Alfonso V de Aragón en persona, en la incursión que hizo por Tierra de Soria, y lo retuvo en su poder hasta 1436. A partir de entonces, y tras su devolución al Reino castellano, quedará en poder de la familia Luna y Arellano, mariscales de Castilla, que fijarán en él su residencia oficial, tal y como delatan los documentos de la familia.

Precisamente, en el seno de esta casa nació en 1510 en el mismo castillo de Borobia Tristán de Luna y Arellano, conquistador y primer gobernador de La Florida, y fundador del primer asentamiento europeo en los actuales Estados Unidos.

Aún fue este castillo protagonista de otro episodio bélico de importancia. En 1705, durante la Guerra de Sucesión entre Felipe V y el Archiduque Carlos fue asediado durante seis meses, saqueado y tomado por ambos bandos, tras lo cual sus defensas quedaron destruidas. El edificio se hundió y con el tiempo la hierba creció sobre sus escombros quedando visible tan sólo el cerro que hoy se aprecia.

Según fuentes municipales, una vez descubiertos estos restos, el objetivo será, en la medida de las posibilidades económicas y esperando contar con algún apoyo público de otras administraciones, continuar la excavación hasta su total salida a la luz, consolidar y poner en valor todo este patrimonio histórico y cultural para que sea visitable y refuerce el ya importante patrimonio cultural de la demarcación del Moncayo.