Grupo de Incendios SA podría reducir su plantilla hasta casi la mitad

Por esta circunstancia, los sindicatos explicaron que sin haberse aplicado este ERTE no podría llevarse a cabo otro expediente de extinción de contratos, si bien matizaron que en el caso de ?salvar? la empresa, las negociaciones se plantearían desde el punto de vista para ver en qué situación en la que quedarían los trabajadores despedidos así como los que todavía pudieran conservar sus puestos laborales.

Estas mismas fuentes también señalaron que el problema fundamental por el que atraviesa la firma es la falta de liquidez, ya que el pago al contado a proveedores no se compensa con los cobros en las ventas, que hace que no exista un activo circulante con el que se puedan abonar las compras y los salarios. A ello se suma la crisis económica, que ha llevado a que algunos de sus productos, directamente ligados con el sector de la construcción, hayan tenido que ser desechados por el momento del catálogo productivo.

De igual modo, explicaron que las intenciones de la empresa no son las de cerrar las dos plantas, sino la reducción del número de trabajadores que albergan, ya que también indicaron que a su modo de ver, la firma ?tiene viabilidad y puede sobrevivir? a la crisis. Ante esto, también avanzaron que en las próximas conversaciones ahora de lo que se trata es de ?remar todos juntos, incluso los bancos? para afrontar el problema, y esperar a que la situación cambie, por tratarse de una empresa "con futuro".

La empresa, que tiene dos plantas, una en Almazán y otra en Tardelcuende, llegó a mantener una plantilla de 130 trabajadores, siendo una de las más importantes del país no sólo por volumen de ventas, donde se llegaron a facturar más de un millón de artículos al año, sino por la extensa gama de productos contraincendios que la hacían ser un referente de todo el territorio nacional, y es la única del ramo en Castilla y León. Además, sirven al mercado español y a la UE y mantienen exportaciones a Asia, África y América.

En la actualidad, una de las cadenas de producción, la referida a las puertas ignífugas ha cesado su actividad. Sin embargo se mantienen otras líneas como los extintores, las mangueras y los sistemas de bombeo, entre otros. La magnitud del negocio llegó hasta producir 350.000 extintores al año, siendo una de las pocas que se dedican a la fabricación de mangueras, en un complejo proceso de tejido y de impermeabilización en el que es importante la longitud del conducto. En ejercicios anteriores, uno de cada tres extintores que se fabricaban en España procedía de las factorías sorianas. La gama se completa con hidrantes, armarios, mantas ignífugas y sistemas de detección de fuego, por citar algunos.

Por último, este periódico ha tratado de contactar con la empresa sin que hasta última hora de la tarde hubiera podido obtener información sobre la versión de la dirección de la misma.