La región andaluza se incorpora a la red de Comunidades con receta electrónica interoperable. La autonomía castellano-leonesa se incorporó en junio de 2017.
Las farmacias de Castilla y León ya pueden dispensar medicamentos recetados en Andalucía, la Comunidad Autónoma que desde hoy ya dispone de receta electrónica interoperable.
Castilla y León ya se había incorporado a esa red de Comunidades con e-receta interoperable el pasado verano, convirtiéndose en uno de los principales hitos de la profesión en esta Comunidad a lo largo de 2017. Con la incorporación de Andalucía son ya 16 las Comunidades interoperables entre sí: Castilla La Mancha, Canarias, Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana, La Rioja, Castilla y León, Galicia, Navarra, Asturias, Murcia, Cataluña, País Vasco, Cantabria, Baleares y Andalucía, Queda pendiente, por tanto, la incorporación de la Comunidad de Madrid y de Ceuta y Melilla.
El presidente del CONCYL-Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León, Carlos Treceño, ha señalado que la incorporación de Andalucía es un hecho especialmente relevante, teniendo en cuenta que es “un importante eje turístico y que el desplazamiento de ciudadanos de unas Comunidades a otras en épocas vacacionales es elevado. Para Castilla y León, la vista está puesta ahora en que una Comunidad limítrofe como Madrid se incorpore cuanto antes a esta red interoperable”.
Este sistema conectado permite por tanto a los ciudadanos retirar su medicación en cualquiera de las oficinas de farmacia de las Comunidades Autónomas que ya son interoperables. Desde su puesta en marcha en junio de 2017 y hasta finales de junio de 2018, son ya 155.868 las recetas electrónicas que se han tramitado en las más de 1.600 farmacias de Castilla y León procedentes de ciudadanos llegados de otras Comunidades Autónomas. Mientras tanto, en ese mismo periodo, otras Comunidades interoperables han tramitado 91.556 recetas electrónicas de ciudadanos de Castilla y León.
Los beneficios que la interoperabilidad trae consigo son indudables, tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios. Por un lado, facilita el acceso a los tratamientos de los pacientes que no se encuentran en su Comunidad y permite al farmacéutico el seguimiento de dichos tratamientos. Todo esto con la vista puesta en mejorar la adherencia terapéutica y contribuir a la seguridad del medicamento a través de la detección de posibles reacciones adversas e interacciones.
Principalmente, ciudadanos de País Vasco y Asturias
La mayoría de estas recetas electrónicas se han tramitado en Castilla y León a ciudadanos llegados desde el País Vasco y Asturias.
Por su parte, los ciudadanos de Castilla y León que han retirado medicación fuera de la Comunidad lo han hecho principalmente en Comunidad Valenciana y Galicia.
Nuevas vías de comunicación “en beneficio del paciente”
A este respecto, el presidente del CONCYL ha recordado que la interoperabilidad de la receta electrónica “sigue abriendo nuevas vías de comunicación entre las distintas Comunidades en beneficio del paciente”.