Son muchas las asociaciones y colectivos que se están entregando de manera desinteresada para colaborar con los grupos de riesgo.
Dicen que las crisis sacan a la luz lo mejor y lo peor de cada sociedad y parece que el COVID-19 ha llegado para romper de forma brusca nuestra rutina y darnos un golpe de realidad en la cara.
En menos de una semana, Soria ha pasado del escepticismo total a la toma de conciencia más potente de los años recientes. En el camino todos hemos descubierto nuestra faceta más oscura como sociedad. Comenzamos, allá por el miércoles pasado (día 11 de marzo), arrasando supermercados sin muestra alguna de empatía con los menos rápidos, saltándonos a la torera todas las recomendaciones lanzadas por las autoridades sanitarias y considerándonos invencibles despreciando, de paso, la vida de nuestros mayores y de los más débiles.
No tuvieron que pasar ni tres días para que, a la vista de la catástrofe sanitaria que se desencadenaba en Madrid y observando que los datos de Castilla y León apuntaban en la misma dirección, la gran mayoría de sorianos decidiese hacer caso a la simple pero efectiva frase, posteriormente transformada en melodía viral, de 'Quédate en tu puta casa'.
Durante las primeras horas después de la declaración del Estado de Alarma continuaban siendo recurrentes los casos de pillaje castellano. Así somos los españoles, y por consecuencia también los habitantes de esta particular provincia, eso de buscar excepciones a la regla se nos da mejor que bien y si hay que sacar al perro a pasear 5 veces al día, pues se hace.
Aún así, la cuarentena parece que nos está sentando bien. Hemos comprendido, sin que las administraciones nos lo tengan que dar mascadito, que esto es mucho peor de lo que parece. Somos conscientes de que van a morir personas y si no hacemos algo, o mejor dicho dejamos de hacer, el número de fallecidos superará los dos dígitos en la provincia.
Una provincia que, insistimos en los datos demográficos, tiene 88.636 habitantes y, de ellos, un 25% (22.747) tiene 65 años o más. Es decir, para un cuarto de los sorianos el nuevo coronavirus COVID-19 no es ninguna tontería y se exponen a grandes dificultades y a verse obligados a pasar por el hospital. Un hospital, el de Santa Bárbara en la capital, con tan solo 10 camas UCI y dos habitaciones de presión negativa.
Por fin hemos puesto los pies en el suelo y comprendido que salud de todos es lo más importante y por ello hemos dejado a un lado todo lo demás. Es ahora cuando salen a flote nuestros puntos fuertes como sociedad. Es ahora, desde detrás de una ventana, cuando se descubre por qué la solidaridad es más importante que el dinero.
Los jóvenes, a los que les costó sangre, sudor y lágrimas renunciar al contacto social, han sido los primeros en movilizarse. Han decidido que si este virus no es tan dañino con sus personas, pueden facilitarle mucho el confinamiento a los más expuestos y bajo los lemas #EsteVirusLoParamosJuntos , #EsteVirusLoParamosUnidos y #YoMeQuedoEnCasa se descubren numerosos ejemplos de colectivos que no dudan en poner su granito de arena.
Una de las primeras en manifestarse fue la Asociación de Pesca Pinares. El domingo, a última hora, pusieron todos sus medios humanos y materiales a disposición de sus vecinos. Se ofrecieron a trasladar alimentos de primera necesidad a personas con problemas de movilidad.
No son los únicos. La Asociación Juvenil El Patín, de Vinuesa, y la Asociación Juvenil Los Bretos de Covaleda, son otros ejemplos de que la unión hace la fuerza. También lo hicieron varios miembros de la parroquia de Ágreda.
De forma más general se ha animado a colgar pañuelos rojos de las ventanas a todos lo que vean limitados sus movimientos. Será esta una señal para que alguien, siempre de forma coordinada, ponga remedio a la situación.
La sociedad soriana se muestra decidida a no dejarse a nadie en el camino y, como hemos visto, emplea para ello todas sus ganas y su juventud. Pero en alguna ocasión, esa juventud y esas ganas van acompañadas de cierta improvisación. Las buenas intenciones siempre son bien recibidas pero en emergencias sanitarias deben acompañarse de una serie de medidas de seguridad que se deben extremar.
Alguna de estas asociaciones aclara que utilizan guantes y mascarilla en los repartos. Perfecto. Tampoco está de más saber cómo es la forma adecuada de usar estos métodos de protección. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, lleva días siendo contundente. "este virus se lleva muy mal con el jabón".
Así que, agua y jabón y mucha precaución para no meter el enemigo en casa de las personas más vulnerables de la provincia.