Tetranychus urticae es un arácnido que puebla amplias zonas forestales, con más actividad entre agosto y noviembre.
El término Tetranychus urticae puede sonar, para quienes no son especialistas en la entomología y quizá también para biólogos aficionados, un término desconocido. Un 'latinajo' difícil de memorizar y mucho menos de encontrar un hueco en el lenguaje habitual. Ahora bien, si hablamos del ácaro rojo o de la araña del mismo color quizá pueda llamar la atención si la asociamos con salidas al campo.
Es un animal artrópodo, de la familia de los trombicúlidos, no forma parte del clan de los insectos (estos tienen seis patas y aquellos ocho) y que, por otro lado, también tiene parentesco, lejano, con las ya conocidas, molestas y a veces peligrosas garrapatas. El bicho en cuestión tiene la facultad de poder alimentarse de más de un millar de tipos de plantas y está considerado una de las principales plagas agrícolas a nivel mundial, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ello lleva a que exista en diferentes hábitats al adaptarse a una gran diversidad vegetal.
Su tamaño es minúsculo, por lo que no es apreciable a simple vista y es por ello por lo que en muchas ocasiones se desconoce el origen de sarpullidos, molestos, con el consiguiente picor, donde inciden, sobre todo en las extremidades inferiores, por debajo de la rodillas. Los ejemplares adultos no revisten problemas, pero sí las larvas, que buscan un huésped para alojarse cuando este roza el lugar donde se hallan. Una vez en su nuevo entorno, se adhieren al mismo y segregan sustancias que resultan tóxicas, provocando esas erupciones tan molestas, incluso con ciertos problemas en población joven. Su actividad, preferiblemente no fría y con algo de humedad, es notable entre agosto y noviembre, precisamente en el otoño, tiempo micológico.
En la provincia de Soria se ha constatado la presencia de este ácaro ha sido detectada al menos en zonas como Cebollera, Piqueras y Urbión. El lugar preferido del ácaro rojo son áreas con helechos y con baja vegetación, y también prefiere las plantas hortícolas, espontáneas, ornamentales, frutales, cultivos extensivos y cítricos.
Ante la posibilidad de ser infectados, hay consejos para eludirlo, y en la medida de lo posible utilizar ropa adecuada para protegerse, sobre todo en las extremidades inferiores, en los tobillos, con pantalón largo, estrecho en sus extremos y de no ser posible, rodearlo con polainas o apaños caseros como cinta envolvente y calcetines altos. Si el calzado también es alto, mejor.
Hay repelentes que del mismo modo pueden evitar, o en su caso, atenuar, el ataque del ácaro, con productos repelentes que en la farmacia pueden indicar y dispensar este tipo de repelentes, que han de ser aplicados sobre la misma ropa, que por cierto, preferiblemente de color claro.
Una vez de vuelta a casa y si hay alguna sospecha, se hace conveniente una buena ducha y también acudir a la lavadora con la ropa usada.
Las erupciones pueden sobrevenir unas horas después del paseo, alcanzando su mayor tamaño dos días después, prolongándose en algunos casos durante una semana. Lugares como los espacios interdigitales de pies y manos así como axilas y otras zonas blandas del cuerpo son lugares donde la afección puede verse acentuada.
Con todo, la presencia del Tetranychus urticae no debe alterar la pasión campera, y setera, que se respira durante estos días en toda la provincia.