REPORTAJES
Actualizado 06/12/2020 15:58:04

Níscalos, Pies azules, Boletus... Todos estos hongos se comen y además, seguramente los encuentres por la provincia.

Si preguntas a varios sorianos por la calle cuál es su estación favorita del año, seguramente la respuesta sea unánime: el otoño. Quizás sea también por la vista que ofrece la Dehesa, vestida de marrones; por las ondas que hacen las hojas al caer al Duero o por el olor a castañas que desprende la Herradores. Pero el motivo principal es de dominio público: llega la temporada de setas. Si no sabes cuáles están en Soria y son comestibles, aquí te dejamos cinco tipos de setas que encontrarás en la zona de Pinares.

Níscalos (Lactarius deliciosus)

Se trata de una de las setas más populares dentro del universo micológico. Los níscalos son fáciles de reconocer: de un color rojo-anaranjado con círculos que se van oscureciendo hacia la zona del centro. A este tipo de seta le suelen gusta los bosques jóvenes de coníferas para vivir.

Además, su versatilidad en el cocinado lo convierte en uno de los hongos reyes de la gastronomía: al ajillo, al horno con unas tiras de panceta, a la plancha sólo con un hilo de aceite, revuelto, en guiso con patatas, etcétera.

Pies azules (Lepista nuda)

Los pies azules parecen casas de gnomos, pero nada más lejos de la realidad porque, de hecho, son comestibles. Su color da nombre a este hongo tan particular que mide hasta 12cm de diámetro: un tono azul violáceo. Sale sobre todo, en esta época del año y principios del invierno, lo que la convierte en una de las especies más tardías en aparecer.

A la hora de cocinarla no es una seta tan versátil como puede ser el níscalo. Pero su sabor es espectacular con un par de ajitos fritos.

Parasol (Macrolepiota Procera)

Se trata de una de las especies más bonitas. Es de color blanco con escamas marrones. Su gran sombrero puede llegar a medir unos 25cm, de ahí que se la conozca por ese nombre. Es muy frecuente encontrar esta seta al borde de claros y veredas y, además es una seta muy aromática, por lo que su sabor es excelente.

Rebozadas con harina y huevo están espectaculares y también te recomendamos que las pruebes a la plancha y con un hilo de aceite.

Amanita cesárea (amanita caesarea)

Sale a finales de verano/ principios de otoño, por lo que es una de las primeras setas en llegar. Suelen crecer en claros de robledales y hayedos, y se caracterizan por portar un sombrero anaranjado, láminas y pie amarillo oro.

Para muchos, es la reina de las setas porque, como los níscalos, son muy versátiles a la hora de cocinarlas. Te recomendamos que las pruebes en carpaccio, cortadas en láminas muy finas, con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y sal escamada espolvoreada por encima o también salteada con unos ajitos o en revuelto con huevos. Todo un manjar.

Hongos (Boletus edulis)

Otro alimento imprescindible para un buen paladar. El boletus tiene nombres mil (edulis, aestivalis, pinícola…) y su consumo se ha extendido enormemente en los últimos años. Nacen en septiembre y suelen morir en noviembre, cuando comienza a helar.

El tamaño de su sombrero puede llegar a pesar kilos, aunque los más cotizados suelen ser los ejemplares jóvenes, al conservar blanca la parte de la esponja.

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