CASTILLA Y LEóN
Actualizado 11/01/2023 11:04:50

Este seguimiento anual contribuye a revelar la importancia que tienen las diferentes zonas húmedas para la conservación de la biodiversidad en la Comunidad.

Desde el año 1967, la organización Wetlands International promueve y coordina un programa de censos de aves acuáticas invernantes en humedales que se llevan a cabo anualmente a lo largo del mes de enero, periodo en el que muchas especies de acuáticas se congregan en enclaves concretos, por lo que su recuento es más sencillo y fiable que en otras épocas del año, y que se desarrolla en todos los continentes. Las fechas establecidas para el año 2023 son entre el 9 y el 24 de enero, siendo prioritarios el 14 y 15 de enero.

En Castilla y León, es la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio la encargada de coordinar y realizar este seguimiento que está enmarcado dentro del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León, y en el que participan agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y técnicos de los servicios territoriales de Medio Ambiente, junto con el apoyo de personal técnico de la Fundación del Patrimonio Natural.

Este seguimiento anual permite obtener una imagen fija de cada una de las especies y poblaciones de aves acuáticas a nivel regional, y contribuye a revelar la importancia que tienen las diferentes zonas húmedas de la Comunidad para la invernada de aves acuáticas.

El aspecto más relevante de este programa es su capacidad para proporcionar tendencias de poblaciones de aves a medio y largo plazo, mediante la recogida de datos de forma estandarizada y periódica: recuentos efectuados con la misma metodología y en los mismos sitios cada año. De esta forma, se dispone de información sobre la evolución de las poblaciones de aves acuáticas y su estado de conservación, así como su distribución, teniendo en cuenta que esta información es crucial para su gestión y conservación.

Además, los censos de aves acuáticas invernantes se han convertido en un instrumento fundamental para el conocimiento y valoración de sus hábitats, los humedales, que son objeto de atención preferente por su fragilidad y singularidad.

Por último, este tipo de datos son necesarios para informar acerca del cumplimiento por parte de España de compromisos internacionales, tales como la Directiva 2009/147/CE relativa a la conservación de las aves silvestres y el Acuerdo sobre la conservación de las Aves Acuáticas Migratorias Afroeuroasiáticas (AEWA) del Convenio de Bonn, al tiempo que permite disponer de información aplicable a los compromisos estatales de seguimiento de especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y nutrir de información al Inventario Español del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.

Menos ánsares, pero más tarros blancos y garcetas grandes

Un total de 56.988 aves acuáticas pertenecientes a 56 especies invernaron en los 341 humedales muestreados en el anterior censo realizado durante enero de 2022. Las principales zonas húmedas donde se concentraron más ejemplares por provincia fueron: las lagunas de La Nava, Boada y Pedraza en Tierra de Campos (Palencia) con 8.732 aves, el azud de Riolobos (Salamanca) con 6.217 aves, las lagunas de Villafáfila (Zamora) con 5.688 aves, el embalse del Ebro (Burgos) con 4.632 aves, la balsa de Santa Cristina (León) con 2.019 aves, la laguna del Hoyo (El Oso) (Ávila) con 1.865 aves, la Reserva Natural de las riberas de Castronuño (Valladolid) con 867 aves, el embalse de Cuerda del Pozo en Soria con 463 aves y la laguna de Caballo Alba (Segovia) con 360 aves.

Por especies, el ánade azulón, el ánsar común, la cerceta común, la gaviota sombría, el ánade friso, la avefría europea y la grulla común fueron las especies más abundantes con más del 77 % de los ejemplares detectados. Además, se detectaron especies más escasas durante el periodo invernal a nivel regional como el águila pescadora o el colimbo grande.

El análisis de la tendencia general de la población invernante de aves acuáticas en la Comunidad es negativo en los últimos años. En el territorio de Castilla y León se concentraban más de 100.000 aves acuáticas invernantes hasta el año 2011, pero estos valores han ido en descenso hasta llegar a menos de 60.000 ejemplares del último censo realizado en 2022. Este fuerte descenso está motivado principalmente por la reducción de la población invernante de ánsar común que cada año acude en menor número a los humedales de la Meseta Norte que ha pasado de un máximo de 65.823 ejemplares en el año 2006 a 5.043 aves en el censo realizado el año pasado. Este descenso en el tamaño poblacional es debido a que han acortado sus desplazamientos migratorios y actualmente, sus zonas de invernada se localizan en áreas el centro y norte de Europa, mucho más cercanas a sus zonas de reproducción. Sin embargo, hay otras especies que muestran una tendencia positiva en el número de ejemplares que pasan el invierno en la Castilla y León como son el tarro blanco o la garceta grande.

El Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León

En el marco de la planificación y la gestión de los lugares incluidos en la Red Natura 2000, se viene desarrollando el Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León que aborda principalmente el seguimiento y evaluación del estado de conservación de los hábitats de interés comunitario y las especies incluidas en el anexo I de la Directiva Aves, anexos II, IV y V de la Directiva Hábitats, el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. El número total de especies objeto de seguimiento se sitúa en 323 taxones de fauna en Castilla y León, lo que da idea de la magnitud del programa regional de seguimiento de fauna protegida.

Durante el presente año Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio tiene previsto realizar con medios propios el censo de los siguientes grupos de especies: aves acuáticas (invernantes y migradoras), ardeidas (garzas y especies afines), aves galliformes (urogallo cantábrico) aves forestales amenazadas (águila imperial ibérica, cigüeña negra, buitre negro y milano real), aves esteparias (avutarda, ganga ibérica y ganga ortega, sisón, aguilucho cenizo y aguilucho pálido), aves rapaces rupícolas (águila perdicera, buitre leonado y alimoche), aves forestales no amenazadas, mesomamíferos carnívoros y oso pardo cantábrico.

Más información sobre el Plan de Monitorización

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