Ante el deseo del Rey Alfonso X de proclamarse emperador del Sacro Imperio Romano, varios nobles castellanos se agrupan en su contra, argumentado que ello significaría el abandono de sus obligaciones con Castilla. Se erigen en cabecillas del grupo. Estos adularán y tratarán de convencer a María de Guzmán, amante del Rey, para que le traicione, amenazándola con ejecutar a la hija de ambos si no accede a sus peticiones para entrar en el Alcázar. Al final los c