La prueba tiene carácter lúdico donde los participantes compiten disfrazados.
En torno a unos dos centenares de personas, de todas las edades, han tomado parte en la carrera de San Silvestre en Almazán. Una prueba que tiene lugar el último domingo del año en la que los corredores acuden con vistosos atavíos.
El trayecto discurre por las calles del casco urbano de la villa a lo largo de 4,5 kilómetros.