En la peregrinación anual celebrada en Nuevo Méjico, medio centenar de personas viajan por los distintos lugares de evangelización ligados a la Madre Ágreda.
Ya son cuatro las peregrinaciones en honor a sor María de Jesús de Ágreda en la que devotos y fieles de la religiosa reconocen en Nuevo Méjico (Estados Unidos) la figura de la franciscana universal.
Así, este sábado pasado, en torno a 50 personas se dieron cita en la ciudad de Alburquerque para desplazarse a las antiguas misiones franciscanas en el Monumento Nacional de las Misiones de la nación Pueblo de Salinas.
La organización corrió a cargo del comité, que el doctor Henry Casso dirigió hasta su muerte, y ahora está presidido por Jerry Luján. Entre los miembros de esta comisión se encuentra el que fuese embajador norteamericano en España, Ed Romero.
A las 7.15, hora local, los peregrinos partieron de Alburquerque y se desplazaron a la misión de San Agustín en la ciudad de Isleta, donde les bendijo el párroco, padre Pavamkott, allí también recordaron al promotor de estas peregrinaciones, el doctor Casso. Una vez llegados a la misión de San Gregorio de Abo, a las nueve de la mañana, fueron recibidos por los responsables de la nueva imagen que allí se ha erigido. Una hora más tarde, dio comienzo una eucaristía presidida por el párroco de la ciudad de Mountainair, el padre Sena. Durante la celebración fue dada como inaugurada la escultura de la realizada por el artista local Reynaldo Rivera y se leyó la carta que la madre abadesa del convento concepcionista de Ágreda, sor María Vega, había enviado. Para finalizar, una de las participantes, Juanita Chávez informó sobre el grupo de lectura de la Mística Ciudad de Dios que dirige. A continuación, llevaron en procesión la escultura de Sor María al lugar donde quedó emplazada.
Después de un tiempo de descanso, hubo distintas presentaciones, la primera sobre la historia de las misiones por Marc Lefrancois; la segunda sobre el impacto de la Venerable en la nación Pueblo, por Frank Luján; la tercera sobre la presencia de la franciscana entre la nación jumana, a cargo de Enrique Madrid, y la última sobre las naciones Piro y Tompiro, impardia por Juan Benavidez. Durante este acto, se distribuyeron distintos recuerdos enviados desde el convento agredano y se dio por concluida la jornada con la oración que pide por la elevación de Sor María a los altares