El cielo de la capital permanece cerrado con la posibilidad de tormentas.
La tremenda borrasca que azotó ayer Almazán y que hizo que zonas como Martialay vieran anegada la carretera nacional a su paso por el municipio, contabilizó en la capital en torno a los diez litros por metro cuadrado, si bien el grueso de la tormenta se desplazó por el sur.
Prueba de ello es la imagen que acompaña a esta información, que fue obtenida pasadas las 21.30 horas en las cercanías del cementerio municipal y en la que se aprecian los nubarrones alejándose de la ciudad.