El torero segoviano fue el único en lograr trofeo en la plaza burgense. La expectación generada por tratarse de astados de Adolfo Martín fue más de lo que se vio luego en el coso.
Primero de la tarde cornipaso distraido y traicionero de Adolfo Martin para Joselillo de turquesa y oro. Toro distraído ,que entró dos veces al caballo y no permitió ver un tercio de banderillas lucidas. Las desiguales tandas de muleta culminaron con tres estocadas a un toro que vendió cara su salida por el patio de arrastre
Segundo para A.Saldivar, bien presentado y distraído hasta el último momento que fue de más a menos. El maestro intentó aprovechar a un toro desganado que paga caro su larga estancia en el tercio de varas y buscó tablas con un cuarto de mala estocada, y cayendo de certero descabello.
El tercero el mas listo de los tres primeros, con pocas condiciones para el lucimiento, mirón y encastad para un Víctor Barrio de grana y oro, que luchó por una faena digna de grabar en el memorial de la villa Burgense. La falta de acierto con la espada, entrando dos veces, acabo con un toro que murió tardío en tablas.
Joselillo lidió un cuarto con pocas cualidades para estar en una plaza de toros, la mayor parte de la faena por el pitón izquierdo, debido a su invalidez en el derecho. Un toro sin recorrido que acabo con una generosa oreja tras una espada tendida.
Rindió su vida el quinto de la tarde, con un público mas entregado a la merienda que a ver a un toro sin carrera que a duras fuerzas salía del trapo. Arturo Saldivar buscó aprovechar su pitón derecho, y los dos pinchazos finales le impidieron un trofeo que seguro el público hubiese concedido por su entrega en la faena.
La sombra cubrió la plaza que con cariño preserva Purita Linares, para ver realmente la magia de un Adolfo que resistió la faena y un Víctor Barrio que supo mantener la compostura y colocación que, sumado a su entrega con el publico y una certera estocada, le hizo valedor de una oreja en el coso.
Finalizó la tarde cerca de las 9 cuando las peñas hicieron pequeños a los toreros y la fiesta volvió a adueñarse de la localidad.
El Burgo de Osma vive unas fiestas con alegria de las que despertara con dura resaca a mitad de semana
Pablo García Pérez