La Asociación de Amigos de esta localidad de tierras altas continúa sus labores de recuperación del pueblo.
Sarnago va adquiriendo, poco a poco semblantes que hace tiempo estaban olvidados o recónditos en el entramado de este pueblo de Tierras Altas. La Asociación de Amigos de la localidad se pondrá manos a la obra este fin de semana para concluir los trabajos en una calera que ya iniciaron tras finalizar el invierno pasado.
En la agrupación han explicado que la cal, o cal viva, una de las formas físicas del óxido de calcio, se obtiene por calcinación de las rocas calizas a casi mil grados de temperatura. Era utilizada para la construcción como conglomerante e, hidratada, para blanquear. Tradicionalmente, y según los antiguos contratos entre los representantes del Concejo y el profesional, se encargaban de extraer la cal los oficiales de cantera ayudados por peones, previa licencia de los ayuntamientos para cortar suficiente leña de los montes, que propiciara la ignición y la obtención de la cal.
Así, han recordado que hasta bien entrado el siglo XX se mantuvieron todas estas actividades, entre ellas la fabricación de tejas y adobe o la extracción de la piedra, junto con la de la cal. Unas veces eran los propios vecinos, ayudándose entre ellos, y otras por los profesionales que acudían de distintos lugares para llevar a cabo su tarea.
En el empeño de recuperar actividades antiguas, en la Asociación de Amigos de Sarnago están inmersos en este proyecto que recuerda que el mundo rural se ha servido de este producto aplicándolo en diferentes usos, principalmente en la construcción y en las faenas agrícolas. "Obtener la cal de las piedras calizas obligaba a construir hornos cuya reparación y explotación correspondían al calero", han afirmado.
Hoy en día la cal se obtiene industrialmente, lo que ha provocado que la fabricación tradicional haya desaparecido. Con todo la agrupación de Sarnago recuperará esta actividad que llevará a la producción de cal tal y como se hacía antaño.
Además, los trabajos irán hacia la adecuación de una de las salas del futuro museo del pueblo y en el desbroce del camino que lleva al paraje llamado 'El Pozo'. Unas tareas que no sólo quedarán aquí, ya que en función del reparto de labores, se obrará "en lo que surja". Como premio a estos desvelos, sí que 'surgirá' una paella el domingo para todos los participantes en estas ilusionantes faenas.