LA BRIF llega a Santiago de Compostela

Hoy 15 de octubre, las BRIF (Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales) realizaban simbólicamente la última etapa del Camino de Santiago, comenzando a las diez de la mañana en el Monte do Gozo y teniendo prevista la llegada a la Plaza do Obradoiro, en Santiago de Compostela sobre las 11.30 horas, para repartir octavillas informativas y explicar sus reivindicaciones. Entre los viajeros se encuentran miembros de la brigada de Lubia.
Con este acto, la ATBRIF (Asociación de trabajadores B.R.I.F) han puesto de manifiesto lo que consideran como "falta de seriedad de la empresa pública TRAGSA" en la atención a sus peticiones.

Después de más de 20 años de su fundación (las primeras BRIF se crearon en 1992) el colectivo de trabajadores carecen de unas condiciones laborales adecuadas a las labores que realizan.
"No disponemos de una segunda actividad que nos garantice mínimamente el futuro. El desempeño de nuestro trabajo en gran medida depende de nuestra condición física , y pese a ser fijos discontinuos del servicio, todos los años realizamos unas pruebas físicas que son excluyentes. Hay que tener en cuenta que la condición física se ve mermada con los años, sin contar posibles lesiones derivadas del gran esfuerzo realizado en el monte", han reseñado en este colectivo.
Haciendo alusión a que no están incluidos en una categoría profesional adecuada a su empleo, han insistido en que son bomberos forestales, "no peones de obra". Un trabajo que se lleva a cabo "siempre" en condiciones "de gran estrés mental y físico, con aterrizajes de alto riesgo en zonas del monte próximas al incendio, al pie de las llamas en condiciones de calor extremo y humo denso, expuestos a atrapamientos por fuego, descargas de medios aéreos y posibles caídas de árboles, ya sean pastos de las llamas o fruto de descargas de agua a escasa altura", han descrito.
En la actualidad, el salario que perciben durante los meses de riesgo extremo de incendios en muchos casos no alcanza los 900 euros, incluyendo en el mismo, un plus de peligrosidad de 3 euros al día. "Somos un medio de actuación estatal, que recibe en los meses de verano una formación física, teórica y práctica que supera las 300 horas", han recalcado.
Por eso, hoy en Santiago de Compostela, piden a la empresa pública TRAGSA, que atienda a sus peticiones que se centran en tres líneas básicas. La primera de ellas pasa por permitirles una segunda actividad con la que disponer de garantías de futuro, habida cuenta que una lesión o la edad pueden mermar sus condiciones para efectuar su labor con todas las garantías. "Pedimos que la empresa nos recoloque en otros trabajos que se adapten a nuestra nueva condición, como por ejemplo, realizando labores de prevención, vigilancia o avituallamiento en incendios forestales", han significado.
También solicitan que les sea concedida la categoría de bomberos forestales, con ello "podremos elaborar un catálogo de enfermedades profesionales y modificar los coeficientes de jubilación".
Por último, han insistido en percibir un salario digno y mejores condiciones laborales.
Después de más de un mes y medio de movilizaciones han reclamado al MAGRAMA que medie en este conflicto "ya que aunque sea un conflicto laboral, somos personal contratado con su dinero y a su vez con el dinero de todos. Creemos que ha llegado el momento de dejar de lado cualquier excusa y sentarse a hablar en una mesa a tres bandas para clarificar las condiciones bajo las que nos debemos regir".