Sanidad envidiable

Viene siendo habitual ver día sí y día también la campaña socialista contra la sanidad pública soriana. Una campaña que desde la más absoluta deslealtad, tratan de sembrar quienes tienen vocación ? que no mayoría ? para gobernar Castilla y León.

La razón para someter a nuestra excelente sanidad, y por añadidura a quienes la hacen posible, a un continuo escarnio público, debería de ser explicado por quienes para tratar de lograr en los medios lo que no consiguen en las urnas, son capaces de cualquier cosa.

Las críticas de los socialistas sorianos han encontrado en el hospital de Santa Bárbara y por tanto en su remodelación, un abono que a la larga les dará mala cosecha como suele pasar cuando con temas tan sensibles, se intenta rascar un puñado de votos. Unas críticas que a Dios gracias, chocan de frente y sin validez alguna con la realidad de los hechos y lo que es más importante, con la percepción que los ciudadanos tienen con su sanidad soriana.

La verdadera razón ? no encuentro otra ?, de esta campaña de desprestigio, es el nerviosismo socialista al ver precisamente que sus augurios día tras día se caen en lo más hondo del absurdo humano e intelectual; ¿por qué?, pues básicamente porque la primera fase del hospital está terminada y porque la segunda, aunque a un menor ritmo, avanza con paso firme y decidido.

Que ahora mismo haya obras en el Hospital de Santa Bárbara, produce llagas en quienes preferirían que no las hubiera; que en el reciente presupuesto del Gobierno regional del Partido Popular haya consignados otros dos millones y medio de euros para continuar con más obras de la segunda fase, desquicia a quienes estaban esperando que no hubiera dinero, y que en el hospital ya se hayan invertido cincuenta millones de euros molesta a quienes en el fondo, saben que todo el desprestigio que están fomentando se les volverá tarde o temprano en su contra.

En su reciente visita a Soria, el Consejero de sanidad de Castilla y León fue firme: las obras del hospital continúan adelante. Se podrá decir más alto, pero desde luego, no mas claro. Frente a los agoreros y traidores de nuestra sanidad pública, yo desde luego, me quedo con saber que tenemos unas instalaciones magníficas a las que se irán sumando las nuevas remodeladas y lo que es mejor, unos profesionales que hacen de nuestra sanidad, una sanidad envidiable.