El joven asesinado en Brasil recibe cristiana sepultura en el cementerio de la localidad acompañado por una multitud llegada de distintos puntos de España.
Hugo Calavia Blanco, el joven agente forestal descendiente de Ágreda y que fue asesinado en Salvador de Bahía (Brasil) el pasado día 13, recibía este viernes cristiana sepultura en el cementerio de Ágreda, una vez que sus restos llegaban a la villa en la noche de ayer.
El templo parroquial de Nuestra Señora de Los Milagros se quedaba pequeño para congregar a las más de 1.500 personas que llegadas de distintos puntos del país, han querido dar su último adiós al joven.
Una misa en la que el párroco 'in sólidum' Alberto de Miguel ha puesto en valor las virtudes del fallecido, recordando su "sonrisa espontánea y su elegante sentido del humor", y se ha referido también a las huellas que dejó en vida, como "la generosidad y el servicio a los demás, con una energía que contagiaba".
En la homilía, el presbítero ha descrito que la existencia de Hugo estuvo marcada por "sus ganas de vivir y de disfrutar de la vida" teniendo como prioridades "el respeto a la naturaleza y a las montañas".
"Lo material pasa, pero no lo inmaterial", ha destacado De Miguel, sumando que estos valores del fallecido son los que permanecerán, sobre todo "por el amor bondadoso" que expresó siempre y que "sobrevive tras la muerte".
Por otro lado, ha lamentando que esta pérdida supone que "proyectos de vida se hacen trizas" aunque también ha animado a la esperanza, y ha invitado a la oración para que Dios "arroje luz hacia la resurrección, que es más fuerte que la muerte" en este doloroso tránsito, y que sufren ahora familiares y allegados.
En el funeral también ha habido un hueco para que el portavoz del grupo de amigos, Francisco Pérez-Caballero, hiciese partícipes a los presentes de los recuerdos que dejó Hugo. Dejando a un lado a los "malditos" que segaron la vida del joven, ha indicado que éstos "no podrán llevarse" los gratos recuerdos, coronados por "esa sonrisa que hará que permanezca entre nosotros".
Recuerdos y anécdotas de un joven que fue siempre "precoz" en la pandilla de verano, en la que era el menor de los amigos pero que siempre buscó su hueco y su integración.
En su emotivo mensaje, Pérez-Caballero ha agradecido a la familia de Hugo el haber forjado de éste "una persona fantástica" ejemplo de "bondad y de genialidad".
Descanse en paz.