Cepillarse las Diputaciones

Tras el revuelo organizado con esas declaraciones del partido Ciudadanos, basadas en la idea de cepillarse ?como decimos vulgarmente? los pueblos con menos de 5.000 habitantes y que, como el lector recordará, la semana pasada dije que dejaría a Soria más despoblada que el polo norte, los del partido anaranjado han suavizado de forma considerable el discurso con este asunto hablando ahora de fusiones frías para los municipios, que recuerdan más a la fusión fría del núcleo de la magnífica película 'El Santo' ambientada en la URSS, que a lo que realmente quieren y que me temo ni ellos saben muy bien en qué consiste.

En cambio, su opinión sobre las Diputaciones provinciales no ha cambiado un ápice. Siguen erre que erre, y con el claro objetivo de aquí sí, cepillárselas sin ningún miramiento y sin explicar, por ejemplo, qué harían con sus funcionarios que legítimamente obtuvieron su trabajo por oposición.

Entrar ahora a valorar el buen hacer de las Diputaciones en provincias como la nuestra me llevaría párrafos y párrafos. Bastaría con echar una mirada a nuestros pueblos sorianos, cálidos de por sí por el buen corazón de sus vecinos ?y que no necesitan de fusiones frías para seguir avanzando? para reconocer cómo la Diputación Provincial de Soria ha sabido cubrir sus necesidades durante las últimas décadas.

Soria no necesita nuevos chamanes envueltos en bacanales ideológicas ni tarotistas de fin de semana que vengan a redescubrirla. Lo que esta provincia necesita, y esto es capital, es continuar con aquellas políticas que el Partido Popular lleva a fuego en su ADN y que basadas en el trabajo, la rectitud política y el esfuerzo inversor bajo una buena gestión, son las que han provocado que nuestros pueblos, por muy pequeños que fueran, hayan sufrido un cambio drástico en prestación de servicios a los ciudadanos, inexistentes aunque sorprenda, hasta no hace muchos años.

La democracia, a Dios gracias, permite que cualquier partido concurra a unas elecciones, pero precisamente es también la democracia, la memoria inquebrantable que permite echar la vista atrás, y poder así continuar eligiendo lo que tan buenos frutos ha dado en las últimas décadas en nuestros pueblos, y sobre todo, lo que de la mano del Partido Popular se ha hecho en el pasado y en el presente, con la firme convicción de que sin experimentos, tendrá continuidad en el futuro.