La secretaria general de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, Carmen Ruiz, el director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, y el delegado territorial, Manuel López, visitaban este viernes Santa María de Huerta, junto a su alcaldesa, Mercedes Aguilar, y el abad del Monasterio cisterciense, Isidoro Anguita, a quienes han comunicado el apoyo y el interés personal del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y del Gobierno autonómico, por la situación de la localidad, tras la tormenta producida el pasado martes, y la disposición para colaborar en todo lo necesario.
Ruiz señalaba que "hemos venido a ver las consecuencias de la avalancha del pasado martes, para ver qué se puede hacer, y hemos comprobado que se ha realizado un trabajo enorme. Afortunadamente, a pesar de lo llamativo y de lo tremendamente molesto para los vecinos, no se ha producido ningún daño insalvable, ni desde el punto de vista de las infraestructuras civiles ni del patrimonio de este impresionante Monasterio. Desde el primer momento hemos tratado de colaborar para paliar las consecuencias y, en ese sentido, seguiremos colaborando para volver a la normalidad y reparar los daños que se han producido".
Al día siguiente de los hechos, el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, contactó con la alcaldesa para interesarse por los daños registrados en la localidad y trasladarle el compromiso de la Junta de Castilla y León por prestar todo el apoyo y los medios que fuesen necesarios. A través de la Delegación Territorial, la Junta movilizó hasta la localidad una cisterna nodriza, un camión y una excavadora mixta para limpiar y evacuar las piedras y el barro de las calles y espacios públicos.
En la visita se comprobaban los efectos causados los las inundaciones y la importante labor de limpieza efectuada en las calles del municipio y en el propio Monasterio, en el que aún continúan. Los representantes de la Junta han felicitado a la alcaldesa y a su corporación, así como a la Comunidad del Monasterio y a todos los vecinos de la localidad y de los pueblos limítrofes, por su colaboración desinteresada, rapidez y efectividad de los trabajos desarrollados.
Acciones para evitar estas situaciones
Enrique Saiz indicó el interés del encuentro "por comprobar los efectos producidos, cómo ayudar y, sobre todo, cómo prevenir en el futuro este tipo de desastres", se ha comprometido a encargar "los estudios técnicos oportunos para ver si con unos medios proporcionados podemos evitar estos efectos en el futuro, aunque en esta ocasión no han sido llamativamente dañinos, sino simple y fundamentalmente esa suciedad que ahora mismo los monjes se están disponiendo a paliar y eliminar".
Así, se comprobó, según el director, "la necesidad de atajar en el futuro cuestiones que no solo tienen que ver con los efectos de un episodio de una tromba de agua, sino también con la presencia constante de humedad producida por el lugar donde tradicionalmente se ubicaban estos monasterios, en fondos de valles y muchas veces a favor de corrientes de agua, por lo que hemos comprobado que históricamente, cada ciertos años, se han producido inundaciones, y puesto que el terreno que circunda el Monasterio es más elevado, además se registran humedades continuas, no solo los días de tormenta".
Por este motivo, Saiz recordaba que posiblemente se pueda prevenir "implementando lo que históricamente se viene haciendo en el monasterio, trabajos de saneamiento con los que alejar el agua lo más posible de sus muros, "aunque estamos luchando contra la fuerza de la naturaleza, que una y otra vez busca el cauce natural".
El abad del convento, Isidoro Anguita, recordaba por su parte que periódicamente acontecen sucesos de este tipo. "La última avalancha fue en 1996. Fue algo parecido, pero en aquella ocasión solo afectó a la zona del monasterio y, en esta, al romperse el muro de contención, a todo el cementerio".
Anguita señalaba también que "lo importante de todo esto es que tenemos que tenerlo en cuenta, porque sabemos que se va a repetir. Hay que estar preparados, aunque es cierto que los desastres naturales nadie los puede controlar, pero es misión nuestra estar un poco preparados para atenuar los daños lo más posible, porque si el muro de contención de la parte del Monasterio se rompe, este se inunda completamente, como ya sucedió en varias ocasiones en el pasado".
El responsable conventual agradeció igualmente el interés y la presencia de los representantes de la Junta. "Tenemos muy buenas relaciones desde hace años y eso es fundamental, porque más allá de la titularidad, este es un monumento de todos y entre todos tenemos que cuidar". También ha tenido palabras de agradecimiento para el ayuntamiento y para "el comportamiento del pueblo", pues han sido numerosos los vecinos que se han mostrado voluntarios para colaborar con las tareas de limpieza del Monasterio.
Daños poco importantes en el Monasterio
Tras el recorrido por el monasterio, Saiz declaró que "los efectos no han sido importantes en lo que se refiere a la afección de los elementos patrimoniales, son cuestiones que tienen que ver, en mayor o menor medida, con el trabajo que está ocasionando a la propia Comunidad, a la que quiero agradecer el cuidado continuo de una joya que, desde el punto de vista cultural y turístico es de toda la sociedad. Como habitadores, propietarios y gestores del Monasterio le mantienen día a día con una tarea magnífica de conservación y, en este caso, además, abordando unas tareas extraordinarias de limpieza, que es lo que fundamentalmente ha producido el efecto de la introducción de agua en el suelo de la capilla de la nave mayor de la iglesia y de algunas otras zonas del Monasterio, como la Capilla de Las Reliquias".
La alcaldesa de Santa María de Huerta, hizo lo propio con los responsables regionales, agradeciendo su y apoyo, y quiso dar las gracias "a mi pueblo y a todos los pueblos colindantes que nos han ayudado tanto".