El proyecto, para cuatro años, estudia la transición entre la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media. El objetivo pasa también por ajustar la amplia cronología que proporcionan las cerámicas altomedievales del yacimiento.
Los Casares, en San Pedro Manrique, fue el poblado que capitalizó el orden territorial en el valle del Linares soriano desde los tiempos celtibéricos hasta la época imperial romana, proyectándose la vida en los siglos posteriores hasta alcanzar la época altomedieval.
El equipo que dirige Eduardo Alfaro, a quien ha visitado esta mañana, en el yacimiento de San Pedro Manrique, el delegado territorial, Manuel López, continúa trabajando en Los Casares, concretamente en una estructura rectangular, una vivienda compartimentada en estancias, cuya investigación se inició el pasado año. La Junta de Castilla y León ha autorizado y financiado, con 3.000 euros, los trabajos arqueológicos de esta campaña.
También han asistido a la visita, entre otros, el alcalde de la localidad, Jesús Hernández; el presidente de la Fundación Raimundo del Rincón ? Nicolasa Subirán, institución que avala el proyecto, Carlos Martínez; y el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Carlos de la Casa.
Los trabajos en el yacimiento, que será visitable durante todo el verano, se mantendrán durante este mes de julio y la segunda quincena de agosto.
La entidad del poblado y esa proyección temporal, de alrededor de un milenio, se clarificaron en las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo entre 2008 y 2013. El primer año se dedicó a la prospección y cartografiado, y los siguientes a la excavación de un sondeo de unos 150 metros cuadrados de superficie y una cota máxima alcanzada de cuatro metros de profundidad, en la que se superponían los tres niveles culturales: el original celtibérico, del que se documentó la muralla y tres estancias de almacenaje adosadas a ella; el romano, con estructuras más deterioradas como consecuencia de la reutilización posterior de su material de construcción; y el altomedieval, del que se documentó completa una vivienda compartimentada en dos estancias.
Visto el potencial del yacimiento, el equipo científico presentó a la Junta de Castilla y León, a principios de 2014, una propuesta de intervención planificada para ejecutar en cuatro años: 2014-2017.
Este proyecto se centra en una estructura rectangular compartimentada en estancias, que la fotografía aérea delataba en la esquina sudeste del Alto de Los Casares, inmediata a uno de los accesos al poblado, el que da al río Linares. Las expectativas apuntaban a que podía tratarse de un espacio de habitación (vivienda) del último momento histórico atestiguado en Los Casares, los tiempos de transición entre el mundo antiguo y el medieval.
Independientemente de la entidad de las estructuras documentadas para época celtibérica, y de que el mayor empaque espacial del poblado parece que se alcanza en tiempos del Alto Imperio Romano, según Eduardo Alfaro "resulta especialmente atractivo este momento histórico por la escasa investigación existente del mismo, son los llamados siglos oscuros, y sobre todo, por la dimensión espacial que se intuye a partir de las ruinas de este poblado tardío o altomedieval, pues parecen ocupar y trascender todo lo que fue el recinto amurallado celtibérico (más de cuatro hectáreas), extraordinarias para lo poco que arqueológicamente se ha documentado de estos siglos".
La excavación completa de esta estructura supone intervenir en unos 200-240 metros cuadrados, trabajo planificado en cuatro años. En 2014 se abrieron 70 metros cuadrados, confirmándose plenamente las expectativas: se localizó el muro de cierre occidental de la estructura, así como los restos de su suelo, enlosado en su sector más septentrional; prácticamente se aseguró su condición de vivienda, al documentarse un hogar delimitado por grandes lajas de piedra, elemento del que se completará su excavación en la presente campaña 2015, al quedarse el pasado año metido parcialmente en el perfil oriental. También se confirmó su contexto temporal al asociarse a suelos y hogar los recipientes propios de estos siglos oscuros: vasos realizados a torno lento, a veces también mediante la técnica del urdido, cocidos generalmente en ambientes reductores y con sus características rayas incisas y onduladas.
La campaña de 2015, que ha comenzado con el mes de julio, se ha planificado en previsión excavar unos 60 metros cuadrados, que vayan completando la planta de la vivienda. El objetivo inicial es localizar el cierre de la estancia con hogar, obviamente incluyendo la excavación de este último, para lo que se ha ampliado el sondeo de 10x6 metros hacia el este.
Durante la primera semana se levantó el nivel edáfico y se documentó el derrumbe de piedras, asociado presumiblemente al sector superior del alzado de los muros. La pasada semana se sacó el derrumbe de piedras en la mitad norte del sondeo (30 metros cuadrados), apareciendo un muro perpendicular al cierre oeste, que delimita por el sur a un derrumbe de adobe o tapial, en el que se incrustan algunos restos de troncos carbonizados: presumiblemente está remitiendo al alzado superior de los muros (adobe o tapial) y a la cubierta de ramaje sustentada por estos troncos. Posiblemente también, con el paso de los días, ha manifestado Alfaro al delegado territorial, "se irá documentando y retirando el resto de derrumbes de piedra y tapial hasta culminar en los suelos, completar el hogar y delimitar la parte oriental de la estructura, nuestro objetivo final. Dentro de esta previsión, y como suele ser habitual, seguro que la suerte depara alguna sorpresa, que nunca falta".
El objetivo específico de esta campaña es realizar las analíticas correspondientes (carbono 14) que permitan concretar y ajustar la amplia cronología que proporcionan las cerámicas altomedievales. Por paralelismo con los tipos más próximos localizados, básicamente en La Rioja baja, "podríamos estar en un arco de casi cinco siglos (VII/VIII-XI). Para interpretar correctamente el nivel superior de Los Casares se hace necesario precisar más; sería muy importante para la investigación saber si hay que plantearse este poblado desde la continuidad con los tiempos inmediatamente anteriores visigodo-romanos, caso de que los resultados remitiesen a una cronología muy antigua, o desde la repoblación, si es muy tardía dentro de ese arco de unos cuatro o cinco siglos", ha declarado Eduardo Alfaro en el transcurso de la visita.
El proyecto arqueológico de Los Casares está avalado científicamente por la Universidad de Valladolid (UVA) e institucionalmente por la Fundación Raimundo del Rincón ? Nicolasa Subirán. Hasta el momento ha contado para su desarrollo con ayudas de la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial de Soria, el Ayuntamiento de San Pedro Manrique, la Mancomunidad de Tierras Altas, Caja Rural de Soria y CETASA.
Junto con Eduardo Alfaro, forman parte de la dirección técnica del proyecto el codirector y arqueólogo Manuel Crespo, y Marta Estefanía Torres y Javier Muruzábal, responsables de los estudios y análisis osteológicos.
Han participado en los trabajos siete estudiantes de Prehistoria y Arqueología de diversas universidades (Universidad de Valladolid y Autónoma de Madrid), así como voluntarios locales.