Las cien plazas cubiertas garantizan un nuevo éxito para el año próximo en una prueba que coronaba la cima más alta del Sistema Ibérico y que conjuga el senderismo alpino con la bicicleta de montaña.
El Duatlón del Moncayo Soriano nació con la intención de dar a conocer la vertiente Soriana del Moncayo a través de dos pasiones deportivas, el montañismo y la bicicleta de montaña, disciplinas que cuentan con un gran número de adeptos en el extremo oriental de la provincia.
Así, este fin de semana, concretamente el sábado, se celebraba esta prueba, concretamente a las siete menos cuarto de la mañana, cuando comenzaban a congregars los participantes llegados de toda España en el Hostal Doña Juana, punto donde la organización había establecido el lugar de recepción y el reparto de dorsales. Las numeraciones fueron entregadas mientras a la vez que los participantes colocaban uno de los carteles en la bici, otro en el cuerpo y otros dos en la 'mochila 1' (para los que realizaban parte del recorrido a pie) y en la 'mochila 2'. Las bicis fueron transportadas en camión hasta Cueva de Ágreda.
Con la organización ya dispuesta, dos autobuses trasladaron a los deportistas hasta Beratón, la localidad con mayor altura a nivel del mar de toda la provincia (roza los 1.400 metros) y donde tendría lugar la salida de la prueba.
En la crónica de la jornada cabe señalar que las precipitaciones hicieron acto de presencia durante el primer avituallamiento (moscatel con pastas) en Beratón, previo a la salida, y también en el momento del pistoletazo de salida. Eran las 8.34 horas de la mañana cuando el centenar de congregados participantes partían rumbo al Moncayo bajo una intensa lluvia. Les esperaban por delante once kilómetros de ascensión con un desnivel positivo de 900 metros, siempre la ruta del sendero PR-SO-88. Gracias que pronto los chubascos remitieron, y la lluvia inicial se convirtió en una refrescante anécdota para paliar la calor que se iba intensificando a medida que avanzaba el día.
Poco a poco todos los participantes hicieron cumbre, coronando el Pico de San Miguel (2.316 metros). Allí la organización había dispuesto un control de paso. Tras una pausa, los deportistas emprendieron por el descenso hacia Cueva de Ágreda por el Sendero Ibérico Soriano, el GR-86, a lo largo de 7 kilómetros. La bajada tenía un desnivel negativo de mil metros.
Una vez en Cueva de Ágreda, los organizadores habían dispuesto refrescos y alimentos en el avituallamiento líquido y sólido. También aquí cambiaron la vestimenta de andar o correr por la específica de bicicleta para emprender la marcha en BTT hacia Ágreda y completar la segunda parte del recorrido que les llevaría hasta Ólvega, Fuentes de Ágreda y Ágreda a lo largo de 23 kilómetros siguiendo en parte el GR-86. Señalar que el recorrido ciclista es llano en los alrededores del río Araviana y Cueva de Ágreda, con bajada hasta Ólvega, aunque el trayecto hacia Fuentes de Ágreda tiene un trazado con y terrenos rompepiernas en un esfuerzo que se ve recompensado con bajada final entre la pedanía y Ágreda.
La meta estaba situada en el parque de la Dehesa de Ágreda, donde los deportistas tuvieron otro avituallamiento líquido y sólido para recuperar fuerzas. También se les facilitó la limpieza de sus bicicletas, una tonificante ducha en el polideportivo y además un baño en las piscinas municipales. Mientras, se había programado para los acompañantes una visita turística a Ágreda, donde se mostró la historia viva de la Villa de las Tres Culturas.
La jornada deportiva concluyó con una comida de hermandad entre todos los participantes que mostraron su agradecimiento con la organización mostrándose satisfechos con el desarrollo de la prueba y por haber superado el reto de haber coronado la cima y haber recorrido en bici las estribaciones del Moncayo, fieles al lema 'Haz cumbre y pedalea' con el que se inspira esta prueba que no lleva implícito primordialmente el espíritu competitivo.
Con todo, Manuel Anta Martín, de Crespos (Ávila) fue el primero en llegar, con un tiempo de tres horas y dos minutos, 17 minutos menos que los siguientes, Bautista Jiménez Pascual y de Diego Royo Rupérez, ambos de la localidad navarra de Tudela.
Esta sexta edición ha dejado un buen sabor de boca para los participantes y también para los organizadores, el Club Ciclista Moncayo Soriano y el Ayuntamiento de Ágreda, quienes ya trabajan en una nueva cita para el verano próximo.