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Los centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León han atendido a más de 14.800 animales

Los centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León han atendido a más de 14.800 animales

Actualizado 05/08/2015 12:09

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente gestiona los centros de Recuperación de Animales Silvestres de Castilla y León para la conservación y recuperación de la fauna silvestre.

Los Centros de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) constituyen una estructura complementaria a la política de conservación de la fauna silvestre de Castilla y león. En ellos se realizan las labores de recuperación de aquellos animales que, como consecuencia de un accidente o incidente, resultan lesionados. Esta labor es fundamental en aras de la conservación de determinadas especies.

En la actualidad existen dos centros de recuperación en Valladolid y Burgos, y tres centros de recepción en Segovia, Salamanca y Zamora que abarcan geográficamente toda la Comunidad. La red de centros ha atendido en los últimos cuatro años a más de 14.800 animales.

CRAS de Burgos

El centro de Burgos, el más grande de la Comunidad, ha tenido un total de 193 ingresos desde su apertura, el 25 de marzo del 2015, de los que más de un 40 % ya han sido liberados, encontrándose en la actualidad 45 animales en proceso de recuperación. Un 68 % de los animales son aves y un 27 % mamíferos.

Las nuevas instalaciones ubicadas en la localidad burgalesa de Albillos cuentan con más de 16.300 metros cuadrados dentro de una parcela de 47.000 m2 que permitirían, si se considera necesario, ampliar el centro en un futuro.

A su vez, permiten atender simultáneamente a 100 aves y 25 mamíferos, siendo de referencia para las provincias de Burgos, Palencia y Soria, y de grandes mamíferos de la Comunidad. El centro es atendido por cinco personas entre las que se encuentra un veterinario, tres auxiliares de clínica veterinaria y un peón de limpieza-mantenimiento.

Las nuevas tecnologías aplicadas al cuidado de la fauna también tienen cabida en el centro, al igual que la utilización de energías limpias como la biomasa en la generación del calor/frío con el que se aclimata el edificio, y optimizando la luz natural para su iluminación.

Uno de los aspectos más destacados es la zona de voladeros, ya que cuenta con 17 que tienen dimensiones que van desde los 20 metros hasta los más pequeños de 5 metros. Esta variedad de formatos permite al equipo veterinario, organizar la recuperación de las aves en función de sus lesiones. Al contar con diferentes tamaños y alturas en los voladeros, les permite organizar la fase de rehabilitación en función de la especie y sus necesidades específicas: aumento de musculación, perfeccionamiento del vuelo, valorar su evolución.

El CRAS de Valladolid

El centro vallisoletano, es el más veterano de la red, ha recibido hasta finales del mes pasado a 610 animales, de los que 187 ya han sido liberados. La gran mayoría de aves que han ingresado, son pollos o crías, que hasta el año que viene no podrán ser liberados. Estos datos suponen un incremento de 280 entradas con respecto al mismo periodo del año pasado.

Alguno de los animales que entran en este centro y que no pueden ser reintroducidos en la Naturaleza, pasan a formar parte de los programas de educación ambiental, con el que se quiere concienciar a la sociedad de la importancia del cuidado de las especies.

Datos de la Red de C.R.A.S de Castilla y León en 2014

Otra de las labores que realizan los CRAS es la relacionada con la conservación ex situ y los posibles procesos de cría en cautividad dirigidos a aquellas especies en las que las medidas de conservación in situ no están dando los resultados deseados.

Estos centros aportan una significativa contribución en el campo del seguimiento del estado sanitario de la fauna silvestre de Castilla y León. Tanto en la imprescindible colaboración en programas de Sanidad Animal de la Consejería de Agricultura y Ganadería, como en el seguimiento y control de determinadas enfermedades que afectan a los animales silvestres, tales como la tularemia o la enfermedad aleutiana.

El trabajo en cualquiera de los CRAS de Castilla y León que forman la Red se inicia con el ingreso de un animal que es recogido por presentar un delicado estado de salud. Una vez en el centro, el equipo veterinario le abre historial clínico y recibe las primeras curas. Tras ser identificados los problemas que presenta, es sometido al tratamiento y al proceso de rehabilitación más adecuado. El ciclo se cierra con la liberación en el medio natural del animal, una vez completada su recuperación.

Funciones principales

Las funciones principales que se realizan pasan por la recuperación de animales enfermos o heridos para su reintroducción en el medio natural; la crianza de pollos caídos de nidos o afectados por actividades humanas para su posterior liberación; la cría en cautividad de especies amenazadas para su reintroducción en el medio y reforzamiento de sus poblaciones silvestres; la determinación de las causas de mortalidad de cadáveres de animales encontrados en el campo; la detección y control de enfermedades de la fauna silvestre; la participación en proyectos de investigación y de seguimiento de fauna; la colaboración con programas de educación y sensibilización ambiental.

Son muchos los factores que afectan a la fauna y pueden llevar a que un animal necesite asistencia. Es necesaria la ayuda de todos para hacer posible el objetivo de recuperación de la fauna silvestre, ya que son muchos los particulares que encuentran animales en malas condiciones.

Pautas en caso de encontrar un animal herido

Si se encuentra un animal herido o enfermo, existen varias formas de ayudar: ponerse en contacto con los agentes medioambientales de la zona o con el C.R.A.S. más cercano; otra posibilidad es avisar al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) o a la policía local.

Para seguir unas pautas en primer lugar comprobaremos que el animal realmente necesita ayuda y que no se trata simplemente, como ocurre a menudo, de una cría o un pollo que puede seguir siendo atendido por sus padres ?aunque no los veamos- o de un animal de fácil captura (un erizo o un anfibio, por ejemplo), pero sin problema alguno que justifique su captura y traslado a un centro de recuperación. En caso de duda sobre cómo actuar, lo mejor es ponerse en contacto antes con los agentes medioambientales o con los CRAS para consultar.

Si tenemos que recoger un animal, deberemos ser prudentes para no provocarle daños ni tampoco sufrirlos nosotros. Actuaremos con rapidez pero con sumo cuidado, ya que el animal puede asustarse o intentar defenderse. Es necesario el uso de guantes para capturarlo y tratar de cubrir sus ojos con una manta o toalla, porque así estará más tranquilo. Se mete en una caja de cartón de tamaño suficiente, con orificios para que respire.

No se debe dar de comer ni de beber y es necesario llevarlo sin demora al CRAS más cercano. Cuanto antes ingrese, más posibilidades hay de que sea recuperado con éxito. Si no es posible su traslado inmediato, debemos mantenerlo en un lugar tranquilo, a una temperatura adecuada y, si es posible, en penumbra. Se debe avisar con antelación al CRAS de la llegada del animal y describir a su personal las lesiones observadas. Si no podemos trasladar al animal, o en caso de duda sobre cómo actuar, informaremos de esta circunstancia para que personal especializado pase a recogerlo.
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