La buena cocina soriana sabe mejor con apenas unos retoques de vajilla

A veces nos sorprendemos con las grandes y sofisticada creaciones culinarias que podemos disfrutar en restaurantes de todo tipo que pueblan la geografía soriana. Sin embargo, en nuestras casas, existen grandes chefs con dilatada experiencia, y magníficos gourmets dispuestos a disfrutar de una buena comida o cena, y además no tiene por qué ser caro.

El truco, como casi siempre, es sorprender diariamente a nuestros comensales y para ello es mejor no experimentar demasiado con nuestras obras culinarias (hay cosas que son insuperables en cuanto al sabor) y trasladar la sorpresa a la experiencia del "emplatado".

Actualmente hay toda una escuela y un arte del "emplatado", y el punto fundamental aquí es evitar el barroquismo y buscar la sencillez en la presentación de nuestros platos a los comensales. Así, el equilibrio interno de la composición debe ser casi como el de una foto o un cuadro: no dejar huecos ni llenar demasiado el plato, que exista una variedad de colores pero sin saturar, y que entre por la vista con una mirada rápida.

Y si el fondo, la comida, es esencial, el continente, el marco también debe ser especial. La vajilla debe ser diferente, y que se adapte muy bien al plato que queramos servir.

Están de moda los platos con formas variadas, y modernos como los que podemos ver aquí; las pizarras, por ejemplo, son muy socorridas y divertidas para “vestir” un plato aparentemente sencillo, como una tostada, o un pescado en dados pasado por la plancha.

Para los niños existen además elementos listos para sus necesidades como platos y vasos realizados con plásticos duros para evitar romperse tras caídas o con elementos ergonómicos para que beban y coman correctamente, o que no pierdan los cubierto.