Horas tristes y sombrías en París
Ante esta nueva muestra de la irracionalidad de unos seres que hace tiempo perdieron la condición humana para adquirir la de alimañas, debemos más que nunca unirnos y lanzar un mensaje unitario de firmeza.
Estaban cenando tranquilamente como el resto de millones de personas en el mundo entero o disfrutando de un concierto como tantas otras veces hemos hecho cada uno de nosotros.
Pero la sinrazón humana decidió que no, que sus vidas se acababan allí, de la forma más cruel que jamás podrían pensar. Ocurrió en París, la ciudad del amor y que hoy llora, pero podría haber ocurrido en cualquier punto de Europa o del resto de este mundo cada día más convulso.
En España sabemos bien qué es eso del terrorismo irracional que por medio del asesinato intenta alcanzar sus objetivos.
Me viene a la cabeza ahora la imagen del dirigente popular vasco Gregorio Ordoñez, que también precisamente sentado a la mesa de un bar en el País Vasco recibía el tiro en la nuca de los etarras apagado para siempre toda una vida por delante como les ha ocurrido ahora a decenas de personas en París.
La lucha contra el terrorismo ?venga de donde venga? debe de ser un eje principal de actuación para tratar de prevenir lo a veces impredecible. Y hoy es también un buen día para agradecer a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado el trabajo que en silencio hacen noche y día para combatir a estas alimañas siervas del terror.
En estas horas tristes y sombrías para nuestros vecinos galos, dediquemos unos minutos para rezar por las almas de los ultrajados, y después, levantemos la cabeza y pensemos que todos juntos y sin discrepancias, seremos más fuertes contra el terror.