El colegio de las Hijas de la Caridad honra a la Virgen en esta advocación mariana y también con el recuerdo a santa Catalina Lavouré.
Esta semana (durante los días 25 al 27), el Colegio del Sagrado Corazón ha celebrado sus fiesta en honor a la Virgen Milagrosa. Como cada año, en estos días tan especiales, las Hijas de la Caridad y toda la comunidad educativa recuerdan la santidad de Catalina Lavouré, modelo de fe y vida, fijando la mirada en la Medalla Milagrosa y buscando la plenitud de la que ya participaron los fundadores de las Hijas de la Caridad, San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac.
El triduo comenzó el miércoles 26 con la celebración de una eucaristía en la que se pidió de manera especial por los antiguos alumnos del centro educativo. El presbítero oficiante sacerdote Alejandro Lozano, hizo hincapié en la importancia de mirar a María como modelo de fe, prototipo de vida en la Iglesia, de creer como ella lo hizo, y de poner la existencia en manos de Dios Padre, "como niños que confían y dependen por entero de Él, por eso, junto a Jesús, hemos de acudir a Él y llamarle Abba, papá, 'papaíto'.
El jueves fue el día de las familias del Colegio y en la Santa Misa se pidió de manera especial por ellas. En su homilía, Ángel Hernández Ayllón habló de la importancia de dar lo mejor de cada uno en la vida, en cada proyecto que se afronte, y del papel clave de los padres en la educación de los hijos, que la Palabra de Dios nos recuerda que "son como flechas en sus manos", así como de la necesidad de una implicación y coordinación entre padres y profesores en la tarea educativa, que ha de ser como una gran familia unida. Tras la Misa, los seises y los heraldos amenizaron la tarde con sus cantos y alegría.
El gran día, el viernes 27, acompañados por los chavales de las Juventudes Marianas Vicencianas la misa fue oficiada por Rubén Tejedor, que centró su mensaje en tres palabras clave: visita, luz y reforma. Ese mismo día por la mañana, los niños del Colegio habían podido disfrutar con representaciones de música y baile recordando escenas memorables de películas famosas que cada clase ofrecía a los demás alumnos y profesores del centro, y también recibieron sus premios los ganadores del concurso literario, pictórico y fotográfico del Colegio.
Momentos para compartir la alegría de sentirse familia y de recompensar el esfuerzo del estudio y la dedicación.