El procurador regional de Izquierda Unida considera que es "injustificable" la exclusión de Unidad Popular del debate televisivo.
El procurador regional de Izquierda Unida, José Sarrión, ha calificado hoy martes de "injustificable" la exclusión de Unidad Popular del debate televisivo "decisivo" de ayer lunes, donde ninguno de los líderes participantes planteó propuestas de ruptura con el modelo económico vigente.
Sarrión ha participado este en 'una mesa por el laicismo' instalada en El Collado ciudad donde ha explicado las propuestas laicas de Unidad Popular y ha resumido el programa electoral.
El procurador regional de IU ha asegurado que Unidad Popular hubiese aportado una voz "diferente" a los cuatro partidos (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) que participaron ayer en el debate. Ha señalado además que ningún candidato se atrevió en el debate a plantear propuestas de ruptura con el modelo económico vigente.
"Somos un país dependiente de la banca alemana, que tiene tanto poder como para darle una orden a Zapatero para que cambie la Constitución y, en lugar de revelarse, llama a Rajoy y la pueden hacer en veinticuatro horas", ha lamentado.
Sarrión ha asegurado que todos los partidos han iniciado una carrera hacia el centro frente a Unidad Popular que quiere tener la verdad por delante para explicar a los ciudadanos, por encima de estrategias electoralistas, los problemas profundos de España, "aunque moleste a las élites gobernantes y financieras".
Sarrión ha reconocido que quien mejor ha definido el debate ha sido el presidente de la patronal, Joan Rosell, quien dijo que ninguno de los cuatro partidos participantes traía propuestas que le trajeran a él problemas.
Por otra parte, ha defendido avanzar hacia un país donde la libertad religiosa esté garantizada, para lo que ningún culto tiene que tener privilegios.
El dirigente de IU ha pedido dar pasos atrás en la financiación de la Iglesia católica, una financiación que ha estimado en alrededor de 16.000 millones de euros y que Unidad Popular destinaría exclusivamente a fines sociales, como el combate contra la pobreza energética o la malnutrición infantil.
Por último, ha criticado también la religión "más gorda" que impera en la sociedad española, que es el culto al mercado, al que a su juicio hay que hacerle frente impulsando un nuevo modelo de país donde la economía esté al servicio de las personas.