La plaza Mayor de la Villa Episcopal acoge el primero de los sacrificios del cerdo, dejando constancia de una tradición que va más allá de lo puramente gastronómico.
Con poco calor en el aire, pero con la cordial calidez con la que siempre se prodiga por estas fechas, la plaza Mayor de el Burgo de Osma acogía pasado el mediodía el primero de los sacrificios del cerdo dentro de las Matanzas Ritogastronómicas del Virrey Palafox que ahora cumplen sus 42 años.
Un acto, celebrado en la plaza Mayor, que abre un ciclo con un amplio abanico de posibilidades turísticas, culinarias y culturales que ponen a la Villa Episcopal en el mapa turístico nacional y también fuera de las fronteras nacionales.
Este año, el sacrificio del animal, de 123 kilos de peso, daba comienzo a las 13.30 horas, donde el afamado restaurante ha querido dar protagonismo a la figura de la familia como público espectador en esta puesta en escena de lo que va más allá de un atractivo gastronómico, sino que se trata de una tradición que no debe de caer en el olvido.
A partir de la muerte del animal, se ha procedido al despiece del mismo, con sugerentes explicaciones sobre el acto y donde no ha faltado la degustación de distintos productos derivados del gorrino para los asistentes.
Un año más, -y 'como es de ley'- se abre un ciclo en el que el Virrey agasajará paladares y sentires de pequeños y grandes con actos que alumbran el invierno al oeste de la provincia de Soria.