La Venus, desnuda pero tapada

Para muchos, una muestra de libertad con más de 2.500 años de historia, para otros, simple y llanamente una obra magistral de nuestra cultura europea, pero para otros, una infamia indigna para sus ojos. Me estoy refiriendo a la Venus, la estatua romana y copia del original que se perdió de Praxíteles, y que estos días ha ganado aún más protagonismo si cabe tras la polémica desatada en Italia con la visita del presidente de Irán.

Y es que no ha gustado nada en el mundo de la cultura esa actuación por parte del Gobierno italiano, de tapar diversas estatuas artísticas para evitar que la delegación iraní pudiese sentirse ofendida ante los desnudos de esas maravillosas obras de arte.

Somos muchos los que pensamos que últimamente se está claudicando demasiado ante nuestra cultura occidental, por miedo a levantar sensibilidades en otras culturas, pero con el trasfondo de que al final, somos nosotros los que cedemos siempre en detrimento de salvaguardar lo nuestro.

Lo ocurrido en Italia da buena muestra de ello, y deja patente esa humillación que ha producido tener que tapar nuestro arte ?porque también la Venus es patrimonio nuestro como europeos que somos? para no molestar a presidente de Irán. Y así con ello, unos grandes cajones mandaron durante unas horas a la bella Venus desnuda y a otros compañeros de peana, a una oscuridad que no ha hecho sino avergonzarnos a todos los que vemos cómo por firmar unos cuántos contratos, somos capaces de humillarnos ante quienes no precismante son ejemplo de moral.

Parece ser que al séquito iraní le ofende una estatua desnuda, pero no que de vez en cuando cuelguen de las calles de su país cuerpos de hombres ahorcados bajo la pena de muerte aún presente en su tierra. Y de igual manera, parece también que un trozo de mármol hecho arte con forma de mujer les cause escándalo, pero no que en su país y a pedradas que no de mármol precisamente, se destroce el cuerpo de una mujer bajo pena de lapidación.

Así va el mundo señores, unos con su conciencia bien tranquila, y otros, hincando las rodillas ante el mejor postor.