La asociación cultural Gaya Nuño, de Tardelcuende, cumple treinta años

Fue el 8 de marzo de 1986 cuando no más de media docena de jóvenes de Tardelcuende decidieron poner en marcha una asociación cultural que sirviera para dinamizar la vida social de este pueblo de la comarca del Izana, trabajar en sus costumbres y medio ambiente, promocionar el deporte y la cultura local, y difundir la figura del ilustre humanista nacido en la localidad: Juan Antonio Gaya Nuño, según ha recordado hoy la citada asociación en un comunicado.

Desde entonces muchos han sido los avatares por los que ha atravesado esta asociación, alternando épocas de gran actividad con otras en las que la falta de iniciativas y el escaso apoyo de las entidades públicas y de los propios socios la llevaron a su casi total desaparición.

Pero desde 2008 el dinamismo de esta asociación ha ido a más, y precisamente ahora se encuentra en uno de sus momentos de más energía y fortaleza, ejecutando su "Proyecto ciento50" (30 años de su creación + 40 de la muerte de Juan Antonio Gaya Nuño + 80 del fusilamiento de Juan Antonio Gaya Tovar).

Para celebrar su trigésimo aniversario, la asociación ha lanzado hoy un concurso de logos que le permita contar con un símbolo visual que le identifique y represente.

Logos

El premio no es muy grande (100 euros y un lote de libros), pero en palabras de su presidente "eso no es lo importante" y esperan recibir varias propuestas de diseño.

Las bases del concurso pueden consultarse en su página web: www.gayanuno.es o solicitarlas por correo electrónico a [email protected].

Este concurso, como gran parte de las actividades que desarrolla, cuanta con la colaboración del Ayuntamiento de Tardelcuende y de la Diputación provincial de Soria.

La sorpresa que tienen reservada para este 30 cumpleaños es que a partir de este 8 de marzo puede oírse a través de su página de facebook, y gracias a la cortesía del archivo sonoro de RNE Soria, la voz original de Juan Antonio Gaya Nuño, leyendo el capítulo primero de su obra más famosa, "El Santero de San Saturio", capítulo en el que Juan Antonio "muy ufano" reconoce ser de Tardelcuende.