El Lunes Santo soriano tiene su epicentro en El Calaverón, en un recorrido de oración y redobles acompañado por centenares de fieles.
El barrio del Calaverón ha acogido, con las últimas luces de este Lunes Santo, la primera de las solemnes procesiones que se continuarán a lo largo de esta Semana Santa en la capital soriana.
Una expresión de silencio y oración que se ve acompañada por los sones de tambores, cornetas y carracas y que es oficiada por la cofradía de la Flagelación del Señor, cuya sede está en el templo de la Virgen del Espino, centro de la parroquia del mismo nombre.
Un recorrido por el popular barrio de la ciudad y en el que mayores y pequeños han guardado respetuoso silencio al paso procesional de Cristo atado a la columna, una imagen que recuerda el martirio de Jesús.
Afortunadamente, la lluvia que a media tarde se cernía en Soria ha remitido, por lo que la procesión ha podido salir, fiel a la costumbre, algo que no ocurriera hace ahora tres años, cuando el acto fue celebrado en el propio templo.