La Villa Episcopal vive con respeto la procesión, con el paso denominado 'La Quinta Angustia' al que se unía 'La Piedad'.
El Lunes Santo acogía la procesión de La Piedad. A las nueve de la noche, con tres grados de temperatura en las calles de la Villa Episcopal, y con salida en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas, hacía su salida el paso de la Quinta Angustia, al que se unió en las puertas de la residencia de San José, en la misma calle Acosta, el de La Piedad.
En este desfile procesional, la banda de cornetas y tambores hacía su primera comparecencia de esta Semana Santa. El cortejo concluía en la Catedral, con el canto la Salve popular como final del acto.
Recordar que los actos de los dos primeros días de la Semana Santa en la localidad se están desarrollando con una gran brillantez y nutrida participación de fieles y de público. De los actos previos a la Semana Santa propiamente dicha, tan solo el vía crucis del viernes de Dolores tuvo que celebrarse dentro de la Catedral, y no en el recorrido al aire libre con final en la Cruz del Siglo, debido a la lluvia.
En la mañana del domingo de Ramos, la tradicional procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén estuvo amenizada por la banda de música y contó con numerosos niños vestidos de hebreos acompañando el popular paso de Jesús montando en la borriquilla. La procesión hizo su recorrido habitual entre la ermita de San Antón y la Catedral, donde se celebró la misa dominica 'in ramis palmarum' oficiada por el obispo diocesano, Gerardo Melgar.