Un sorteo que lleva ilusionando a los españoles desde hace más de doscientos años.
Corría el año 1812 cuando el ministro del Consejo y Cámara de Indias decidió, en plena guerra de la independencia, impulsar lo que en principio se llamó la "lotería moderna", para aumentar los ingresos del erario público sin tener que recurrir a subidas de impuestos, en un momento en el que las epidemias y los enfrentamientos con los franceses habían provocado un gran empobrecimiento de la población. En estas circunstancias fue como se celebró, el 18 de diciembre en Cádiz, el primer sorteo de la loteria de navidad, cuyo premio fue de 8.000 reales para el número 03604. En los años posteriores, con la retirada de las tropas de Napoleón, el sorteo comenzó a realizarse con el sistema de bombos y bolas actual, y se fue extendiendo por toda Andalucía, hasta acabar instalándose dos años después, en Madrid. Desde entonces, el éxito y arraigo de la lotería navideña ha sido tal que la Administración amplía cada año las series correspondientes a cada número, ya que es imposible introducir más bolas en los bombos.
Actualmente, el setenta por ciento de la recaudación se emplea en el pago de los premios, mientras que el treinta por ciento restante , entre novecientos y mil millones de euros, va a parar al Tesoro Público. Ya durante la guerra civil, en la que se celebraron dos loterías distintas, la republicana y la nacional, estos ingresos supusieron un 1,1 % del PIB del país, motivo por el que posteriormente se creó el organismo de Loterías y apuestas del Estado para ofrecer otros juegos a lo largo del año, como la primitiva o la bonoloto.
Con respecto a Soria, se puede resaltar que, pese a ser una de las provincias menos pobladas del país, es la que más gasta tanto en lotería de Navidad como en el sorteo del Niño. Estos resultados no son de extrañar si tenemos en cuenta que también es una de las más afortunadas en el reparto de premios, lo que provoca que cada soriano invierta, como media, unos 48,78 euros en el sorteo del Niño, y más de 200 euros en lotería de Navidad, cifras que triplican el gasto medio de la mayoría de las comunidades autónomas.