El informe de BBVA prevé que la Comunidad creará 30.000 empleos hasta 2017

El informe Situación Castilla y León de BBVA señala que en el segundo trimestre del presente año la economía regional estaría creciendo a un ritmo cercano al 0,6%, encadenando ya seis trimestres consecutivos de crecimiento por encima de este umbral. La demanda interna continúa liderando este progreso, aunque lo hace a un ritmo inferior al de trimestres anteriores.

Así lo han explicado este martes Miguel Cardoso y Yolanda Martínez-Bajo, de la entidad financiera, en la presentación de un documento en el que según las estimaciones de BBVA Research, la economía de la Comunidad debería tratar de seguir canalizando su actividad hacia un modelo más orientado hacia la demanda externa, pero buscando una mayor diversificación y reduciendo su dependencia de algunos sectores clave. En la Comunidad, la política fiscal pasará de ligeramente expansiva a neutral en 2016, como consecuencia de una moderación en el crecimiento de ciertas partidas del gasto público.

De mantenerse la senda de control del gasto vista en los primeros meses de 2016, la Junta de Castilla y León no debería tener problemas para cumplir con el objetivo de gasto acordado. Continuar con el proceso de consolidación fiscal es importante, ya que el incumplimiento del objetivo de déficit tiene costes. Por otro lado, aunque el impacto de la incertidumbre sobre la política económica en España no es del todo evidente en la economía regional, esto probablemente se debe al efecto contrapuesto de otros factores.

Leve desaceleración de la demanda interna

El agotamiento de los vientos de cola que impulsaron la demanda interna en 2015 comienza a dejarse notar en los inicios de 2016. Así, los factores que favorecieron el consumo privado (rebaja del IRPF, mejora de la riqueza financiera) no muestran la misma capacidad de empuje de hace un año, a lo que se une la moderación del gasto público, especialmente en inversión.

La inversión privada, en cambio, continúa creciendo, si bien las señales son algo más dubitativas, como consecuencia de la incertidumbre sobre las medidas de política económica, que podría estar costando ya 0,3 puntos porcentuales de crecimiento en 2016 y 0,5 puntos más en 2017. A esto se suma la fragilidad del comportamiento del entorno exterior, y la pérdida de potencia de las medidas de política monetaria, cuando la continuidad de esta incertidumbre puede suponer un riesgo a la baja sobre el escenario.

Se crearán 30.000 empleos entre 2016 y 2017

En conjunto, BBVA Research calcula que se generarán 30.000 empleos en la región entre los años 2016 y 2017 y estima que se podría cerrar el bienio con una tasa de desempleo cercana al 15%. Con todo al final del bienio el empleo se situará todavía un 11% por debajo del máximo alcanzado en el en el primer trimestre de 2008.

Podría cumplirse el objetivo de déficit autonómico en 2016

La Junta de Castilla y León finalizó 2015 con un déficit por encima del 1,3% del PIB regional, incumpliendo el objetivo de estabilidad (0,7%) y ligeramente peor de lo esperado. Este resultado se explica por la expansión del gasto por encima del incremento observado en los ingresos, aunque los datos de ejecución presupuestaria conocidos hasta febrero de 2016 evidencian cierta moderación en el crecimiento del gasto de la Junta, mientras que se mantiene el dinamismo de los ingresos. Mantener este control durante lo que resta de año podría ser suficiente para alcanzar el nuevo objetivo de déficit autonómico de este año (el 0,7% del PIB regional). En todo caso, continuar vigilantes es importante, ya que el incumplimiento del objetivo de déficit tiene costes: introduce volatilidad en el crecimiento económico, genera incertidumbre sobre las medidas correctoras futuras y reduce la credibilidad de las Administraciones públicas.

Retos pendientes de la economía regional

La capacidad que muestre la región para incrementar el ritmo de recuperación de la demanda interna definirá las posibilidades de cerrar la brecha existente con el conjunto de España. Junto a la recuperación de la demanda interna, el dinamismo de las exportaciones supondrá un elemento de apoyo para la economía regional.

En este sentido, Castilla y León muestra una propensión exportadora mayor a la media española: las ventas de bienes al exterior supusieron cerca del 25% del PIB en 2015, cuatro puntos porcentuales más que en España. Sin embargo, esta cifra está condicionada por la presencia de un número reducido de empresas de gran tamaño en la región. Por lo tanto, el diseño de políticas encaminadas a facilitar el incremento de la dimensión empresarial y los beneficios que genera, facilitarán aumentar el número de empresas exportadoras, incrementando la propensión exportadora de la región y, como resultado, su potencial de crecimiento.

Según el informe, Castilla y León necesita impulsar la mejora del nivel educativo, principal activo de las empresas y de la sociedad. En 2015, el porcentaje de jóvenes entre 16 y 24 años que ni estudiaban, ni trabajaban, ni habían recibido cursos de formación en las anteriores cuatro semanas era de 13,9%. Además, la región ha perdido la posición ventajosa en términos de capital humano de la que disfrutaba hace unas décadas. Tomar medidas contra el abandono escolar, que contribuyan a eliminar el desajuste entre oferta y demanda por nivel educativo, y combatir la excesiva segmentación de la formación es clave para acelerar el aumento del capital humano, particularmente en los jóvenes en una región que, además, se enfrenta a las dificultades de una pirámide poblacional más envejecida.

El informe completo puede ser consultado aquí o en el archivo que se adjunta con esta información.