Cintora lleva a gala ser de Soria. "Pertenecemos a una tierra muy digna y hornada, pero nos falta un poco más de arrojo y valentía para emprender y exigir" afirma. Con motivo del reconocimiento otorgado por la Asociación de Profesionales de la Información de la provincia charla con Soria Noticias.
¿Es difícil defender la imagen de la provincia de Soria? ¿Hay que romper muchos tópicos? ¿De qué pecamos por estos pagos?
Se podría hablar mucho. En el tiempo, creo que se exagera. No hace tanto frío como dicen. Hay quien piensa que aquí pasamos el invierno entre nevadas o poco menos que vamos en trineo. Recuerdo una vez que vine con compañeros de la radio de Madrid a un partido del Numancia, y se pasaron el viaje y la retransmisión haciendo comentarios sobre el frío. Después volvimos y en Madrid había dos grados más. No era una diferencia como para exagerar tanto, pero en esto, como en tantas cosas de la vida, te cuelgan un sambenito y es difícil quitarlo.
Soria sigue siendo la gran desconocida en Madrid, ¿qué se puede hacer para cambiarlo?
No creo que sea desconocida. Es verdad que ha habido factores, como las infraestructuras, que han obstaculizado una mayor conexión entre la provincia y la capital. Y sigue ocurriendo. Realmente estamos muy cerca, pero no es lo mismo llegar en autovía, como ocurre ahora entre las dos ciudades, que haber estado con tanto retraso en esto durante años.
Siguen faltando vías de transporte adecuadas con otras zonas de España, como Valladolid, el norte de España, Aragón, etc. Y medios como un tren en condiciones. Sin olvidarse de los pueblos de la provincia, que no todo es la capital.
La despoblación da para muchos programas. ¿Tiene visos de solución?
Es uno de esos problemas del presente y del futuro de los que no se habla en Madrid, pero están ahí. A veces pasamos el tiempo comentando si irá un candidato y otro por un partido, o tal o cual debate electoral, o de otros asuntos que puede que tengan menos transcendencia, como este. El trasvase de población a los grandes núcleos, el envejecimiento, la falta de inversión en zonas como Soria, son asuntos graves que desvertebran el país.
Malos tiempos para el periodismo. ¿Sólo queda resistir?
La crisis ha azotado a muchos sectores, pero el periodismo es uno de los más afectados. Se ha precarizado más la profesión, se ha aprovechado para tener un mayor control de los medios por parte del poder político y de los grandes poderes empresariales, se ha infundido más miedo al profesional, que tiene más temor a perder el poco empleo que hay, se conceden emisoras de televisión arbitrariamente, y no tanto para crear empleos como para favorecer a determinadas empresas intercambiando intereses? Es mucho más grave de lo que se cree, con mucho dinero en juego, y apenas se cuenta.
Hay mucho debate sobre lo que debe ser el periodismo, ¿hasta qué punto debe implicarse con la sociedad?
El periodismo es un pilar fundamental para contar lo que ocurre, y que los que deben arreglarlo tomen nota e intenten mejorar. A los periodistas nos toca levantar alfombras, pero siempre hay quien prefiere que las pelusas, el polvo y todo lo demás, queden debajo. O como mucho las sacuden un poco de vez en cuando, sin hacer limpieza a fondo. Si una sociedad no detecta sus problemas, difícilmente trabajará para corregirlos y mejorar. Una prensa que no puede hacer su labor, es como tener uno o dos brazos atados para que el ciudadano no pueda avanzar.
La implicación trae en ocasiones disgustos. ¿Se siente presionado?, ¿Cómo se sale de la presión?, ¿Qué cuesta la independencia?
Las presiones existen y la independencia puede salir muy cara, sí. Tampoco me considero implicado. Simplemente intento hacer mi trabajo, que es contar lo que ocurre. No somos monjes copistas o notarios. Somos periodistas. Hay quien quisiera que nos limitáramos a copiar y pegar teletipos o comunicados, y acudir a las ruedas de prensa y poco más.
A pie de calle, ¿el país se parece al que nos cuenta nuestra clase política?
Depende de quién lo cuente y cuándo. Todos se equivocan alguna vez. Unos más, otros menos, unos queriendo, otros sin querer. Aunque también suele estar muy relacionada la política que tenemos con el país en el que vivimos.
¿Cómo está la sociedad española: cansada, hastiada, desilusionada?
Pues hay de todo, como en botica. Sí diré el dato de que en tiempos de crisis la desigualdad ha aumentado de forma tremenda. Si ves informes, como los de Oxfam, son para ver que algo habría que hacer.
Si los partidos políticos no han pactado durante estos meses, ¿serán capaces de hacerlo tras el 26 de junio?
Eso el tiempo lo dirá. No soy partidario de los acertijos.
La nueva política ¿ha llegado para quedarse?
Hay aspectos nuevos y otros que son los de siempre. Si te refieres a los nuevos partidos, creo que no van a ser flor de un día, con mayor o menor protagonismo.