San Pedro vive la noche del Paso del Fuego con mayor proyección interregional
Ayuntamiento y vecinos espera que se consolide la llegada de visitantes de Comunidades cercanas, como está ocurriendo en los últimos años. El incremento de gente joven en la población augura un mayor número de pasadores en las brasas del recinto de La Virgen de la Peña.
Es una noche especial, la que se vive hoy en el marco de unas fiestas de San Juan, que son parte de las señas de identidad de un pueblo, de una comarca.
El Paso del Fuego se viene nutriendo estos últimos años de más gente joven. En el pueblo se nota esta presencia de juventud, que ha llevado a la corporacion local a proyectar con urgencia el compromiso de la guarderia.
29 pasadores revivieron el rito el pasado año, y entre ellos el veterano 'El Chichorrillas' en un recinto lleno de gente. Sara Blanco, María Sierra y Mercedes García serán las primeras en cruzar la alfombra de brasas, sobre la espalda de los pasadores que abren la noche.
Con la llegada de la media noche, el recinto de la ermita de la Virgen de la Peña es escenario de un rito ancestral Los vecinos de San Pedro desafían al fuego, y, con los pies descalzos, pisan una alfombra de ascuas al rojo vivo, en unos pasos que implican, a la vez, un reto contra la naturaleza y un compromiso personal, entre deseos, agradecimientos y peticiones, en un nuevo ciclo vital que se abre esa noche.
Horas antes, los sampedranos han ido quemando una gran pira de leña de roble, hasta formar una alfombra de ascuas adecuada para pasar. La pasión con la que pisan la alfombra de fuego los pasantes, y quienes llevan a la espalda, y la emoción de las familias y amigos, que se funden con los protagonistas en un abrazo, se transmite a todos los visitantes y espectadores, y enseña la trascendencia del rito conservado durante siglos. Las fiestas de San Juan de San Pedro continúan ya entrado el día 24 .
El día amance temprano. Los miembros de la corporación vigilan, a caballo, el perímetro de San Pedro, en la conocida como 'Descubierta'. Las Móndidas ataviadas con vestidos, abalorios y cestos de flores y pan en la cabeza, se preparan en sus casas, y agasajan a los de la ronda con pastas y licores. Después la misa y la ofrenda del arbujuelo, y la caballada, en la zona de la ermita. Ya en la plaza, la pingada del árbol y, después, las móndidas recitan cuartetas sobre diferentes aspectos de la vida del pueblo, y bailan la jota con miembros de la corporación.
El programa de este año tiene entre sus novedades, según el concejal Jorge Linares, la incorporación de la cena de hermandad y discomóvil el sábado 25, y el cambio de horario del pregón del pregón, del miércoles 22, retrasado a las 11,30 horas del primer día de fiestas.