Adame y Simón conquistan Soria bajo un sol de justicia

Tercero y último festejo de la feria taurina de San Juan en una jornada soleada y calurosa donde el público buscó la sombra de todas las maneras posibles. La plaza de toros soriana acogía la tercera de abono con toros de Luis Terrón, cinqueños, bien cuajados aunque faltos de fuerzas en general.

Abría la tarde Manuel Manzanares que supo levantar al público con los recortes y arrimando el caballo. Tanto lo arrimó que fue embestido pero el buen hacer del alicantino hizo que saliera airoso del lance. Petición mayoritaria y repetida de oreja que, finalmente, fue atendida por la grada.

Gustó, y mucho, el toreo de Joselito Adame. Al primero, 'Disipado' lo recibió con una larga serie de verónicas y pronto lo llevó a los medios. Al diestro le acompañarón sus banderilleros que tuvieron que saludar por su gran actuación. Un toreo ágil que mostró la verdad del mexicano, con el capote al natural. La muerte, de una certera estocada, le aseguraba el doble trofeo.

En su segundo el mejicano fallaba en el primer viaje a espadas, tras una lida con muchos argumentos y que inicaba sentado en el estribo. 'Obseso' había salido con codicia, demostrando ser quizá el mejor de la tarde -no hay quinto malo-. Con un toreo ágil, de buena colocación, fluido, el diestro echaba mano al repertorio con variados lances con el percal y con faena vistosa con el trapo. Una oreja.

López Simón le echó valor en su debut en el coso soriano. En el primero de su lote, de nombre 'Barraganeo', la lidia fue accidentada. El torero de plata Vicente Osuna se llevó una cornada de 11 centímetros en el muslo en el primer par de banderillas, y después, el matador era izado por los aires en un lance en el que se temió algo más que un puntazo. Sin amilanarse el madrileño, se ensañó con valor para rematar la faena. también se llevó su revolcón pero pudo rematar la faena, sobre todo por el pitón derecho, donde el morlaco permitía más labor. Con el acero fallaba Simón en el primer intento, cobrando media estocada después, y aunque escuchó un aviso, pudo lograr un apéndice que lo paseó al son de la sanjuanera del Domingo de Calderas.

En su segundo 'Zabarcero', Simón veía que el toro se empleaba en el caballo, lo que propiciaba buenos augurios. Con todo, siguió arriesgando, pese a que era imposible ligar pases prolongados. Nuevamente, el pitón derecho permitía algo más, aunque el cinqueño buscaba la taleguilla del torero en varias ocasiones. Una media al principio y un gran estocada hasta la bola hacían rodar al animal, tras lo que los pañuelos unánimes pidieron las dos orejas, ambas concedidas.

Alejandro Talavante, que abría cartel, apenas se le vio. Su lote, quizá el peor de la tarde no fue del gusto del torero de Badajoz, quien tampoco quiso música en el primero. En el segundo, un toro escarbón, zanjó la faena con tres machetazos viendo que poco se podía hacer. El respetable, que esperaba más, dejó oir sus pitos, al igual que en la despedida.

La corrida tenía en su inicio al rejoneador Manuel Manzanares, quien laborioso arriesgó con sus monturas, sobre todo en el tercer rejón, donde 'Pesetero' casi se lleva a caballo y jinete por delante. El toro, manso y sin fijeza, seguía a Manzanares por oleadas pero el torero lograba reconducir las carreras descompuestas del de Luis Terrón. Con el rejón de muerte, acertado, fulminaba a su enemigo que se fue al desholladero sin una de sus orejas.

Tarde de toros interesante en el coso soriano, con un cartel atractivo y con estilos diferentes en el toreo que no defraudaron en el 'día de más esplendor' de las fiestas de Soria.