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Vacaciones en paz

Vacaciones en paz

Actualizado 24/07/2016 09:23

Mohammed, Mahmod y otros quince niños saharauis más aterrizan en España desde Tinduf para disfrutar del verano en Soria, huyendo de las altas temperaturas que se alcanzan durante los meses de julio y agosto en los campamentos de refugiados de Argelia.

Un año más comienza en Soria y en el resto de España el programa de cooperación "Vacaciones en Paz". Este verano 17 niños procedentes de los campamentos de refugiados de Smara, Auserd y Aaiún, situados en la provincia de Tinduf (Argelia), disfrutarán de las temperaturas amables que ofrece Soria durante los meses de julio y agosto.

Los niños saharauis llegaron los días 4 y 9 de julio, menos uno de ellos que se retrasó por cuestiones burocráticas, tras pasar más de 24 horas de viaje. Primero un autobús los traslada desde el campamento hasta el aeropuerto de Tinduf, desde allí vuelan hasta Argel para posteriormente retomar el vuelo hasta el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid o el de Villanubla en Valladolid. Una vez en España tienen dos horas más de camino hasta llegar a Soria, un trayecto que no consigue apagar la ilusión de 17 niños que esperan pasar dos meses inolvidables junto a sus familias de acogida.

Este verano, nueve niños repiten la experiencia, pero los ocho restantes vivirán por primera vez en sus carnes la oportunidad que les ofrece el programa "Vacaciones en Paz".

EXPERIENCIA "MARAVILLOSA"

Rocío López y Yurena Esteban llevan años participando en la iniciativa y ambas aseguran que es una experiencia maravillosa. Las dos sorianas decidieron colaborar con la causa a raíz de ver un cartel, pero ninguna de ellas había oído hablar del conflicto. Rocío lleva compartiendo siete veranos con Mohammed, que este año será el último que pueda venir a nuestro país ya que ha cumplido los 13 años. Mahmod, sin embargo, es el tercer verano que pasa en Soria con Yurena, aunque la soriana lleva colaborando desde el año 2003 cuando por primera recibió al hermano mayor de Mahmod en casa de sus padres.

Los niños recuerdan el primer verano que pasaron en Soria. Todo era nuevo para ellos desde el color verde de las hojas de los árboles hasta los interruptores de luz, los grifos o las escaleras, pero como sus familias de acogida dicen, son como camaleones que se adaptan perfectamente a cualquier situación. El vicepresidente de la Asociación Soriana de Amigos del Pueblo Saharaui, Miguel Ángel Hidalgo, explica que cada vez es menor la sorpresa de los niños que llegan por primera vez a España ya que sus hermanos mayores les cuentan sus experiencias o las ven a través de la televisión o Internet.

Una vez que los niños saharauis aterrizan en suelo español comienza la aventura para ellos. Mohammed participa en las actividades que se organizan en Camaretas, realiza excursiones al campo junto a su familia y a menudo va a la piscina, además de visitar distintos lugares desconocidos para él como el zoológico. Mahmod juega al fútbol, pasará unos días en la playa y como todos los años irá a Covaleda, pueblo de su padre de acogida.

Los pequeños disfrutan en España de las comodidades con las que no cuentan en los campos saharauis, una situación que ha empeorado durante este año cuando en el mes de octubre del pasado año las lluvias torrenciales acabaron con la mayoría de las jaimas de adobe donde viven las familias de refugiados. Desde Castilla y León se mandaron alimentos, mantas y medicinas para ayudar tras el desastre como narra Miguel Ángel Hidalgo.

Rocío y Yurena explican que las condiciones en las que habitan los saharauis son muy duras, pero a pesar de todas las carencias viven felices y con una positividad envidiable. Ambas familias de acogida hacen un seguimiento de los niños durante todo el año, hablan por teléfono con ellos, les mandan comida y cuando pueden les visitan en los campamentos. El marido de Rocío viaja al Sahara en Semana Santa y en el mes de diciembre.

SALUD

La mayoría de los niños llegan con buena salud, pero durante los meses de julio y agosto ganan en peso y en apariencia física. Estos cambios se deben a la alimentación, escasa en proteínas provenientes de la carne y del pescado. Los niños saharauis una vez instalados en Soria visitan al médico con regularidad, siendo los problemas de salud la única manera de poder permanecer más tiempo en el país.

EL CONFLICTO SAHARAUI

Todo comienza cuando el Sahara Occidental era una colonia de España. En los años 70 comienza la descolonización y los saharauis deciden rebelarse a la ocupación española, pero es durante estos años cuando Marruecos decide ocupar el territorio quedando la población saharaui dividida. La mitad del pueblo es trasladada a los campos de refugiados construidos en el desierto y la otra mitad continúa en el territorio original ocupado por Marruecos.

El vicepresidente de la Asociación Soriana de Amigos del Pueblo Saharaui habla de la situación, más incierta todavía, del conflicto saharaui tras la muerte del presidente de la República Democrática Árabe Saharaui (RASD), Mohamed Abdelaziz, el 31 de mayo de este año. A pesar de que la situación está estancada, Miguel Ángel Hidalgo opina que el nuevo presidente, Brahim Gali, continuará la línea del anterior, la vía diplomática.

Hidalgo invita a todo el mundo a unirse a la aventura ya que supone un intercambio muy interesante entre culturas diferentes. El vicepresidente de la asociación opina que los españoles tenemos una deuda histórica y moral con el pueblo saharaui, que hay que seguir ayudándoles hasta que consigan lo que quieren ser, pero mejorando cada vez más, ya que hasta el momento según explica Hidalgo lo único que hacemos es poner tiritas.

El número de niños saharauis que llega a Soria es satisfactorio, pero desde la asociación les gustaría que se incrementara. En nuestra provincia desde la llegada de la crisis el número de niños se ha reducido, pero en menor cantidad que en otras Comunidades Autónomas o provincias. Miguel Ángel recuerda que casi una treintena de niños fueron los que vinieron a Soria los dos primeros años del programa "Vacaciones en Paz", un número difícil de conseguir en estos momentos por cuestiones monetarias. Aunque las instituciones de la provincia y la capital apoyen económicamente el programa, esto no sería suficiente para la acogida de un número mayor de niños, se necesitaría buscar otras vías de financiación para poder conseguirlo. Hasta el momento las familias de acogida de Castilla y León no tienen que poner dinero para el traslado de los niños, solo la manutención durante los dos meses que permanecen en el país.

Miguel Ángel reconoce que los trámites burocráticos son muy largos, pero que la experiencia merece la pena, tanto para los niños como para las familias de acogida.

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