La etapa 8 del sendero discurre por la provincia, uniendo el municipio de San Esteban de Gormaz con Langa de Duero a lo largo de casi 22 kilómetros. Una ruta no solo para disfrutar de la naturaleza, sino también para conocer el patrimonio arquitectónico de ambos pueblos, que albergan joyas como la iglesia románica de San Miguel en San Esteban o la torre del castillo de Langa.
La duración del trayecto se estima en unas cuatro horas más o menos, y no solo se puede realizar a pie, también con bicicleta, ya que es 100% reciclable. Además, es un paseo sencillo que se puede recorrer durante todo el año.
La ruta comienza en San Esteban, donde los primeros indicadores aparecen en la zona del río cerca del Ecomuseo 'El Molino de los Ojos'. Una vez en la localidad hay que atravesar el polígono industrial hasta alcanzar la senda situada junto a la orilla del Duero. Los 22 kilómetros del camino se realizan sin pérdidas, ni problemas, concluyendo en las pistas de Langa de Duero.
La fauna es muy diversa y durante el recorrido se puede ver y escuchar el canto de diferentes aves como el petirrojo, el pájaro carpintero, el ruiseñor, la garza, el cormorán y el espectacular ánade real con sus vistosos colores verdes y azulones.
Además, se pueden encontrar otras especies como la nutria, el barbo, la trucha, la boga, el cangrejo señal y rojo, y el visón americano, que tras escaparse de las granjas destinadas a la industria peletera, pone en peligro al autóctono, el europeo.
Respecto a la flora, se pueden encontrar ejemplares de chopo, álamo, fresno, aliso y sauce. También otro tipos de plantas herbáceas como la manzanilla, el té de risco, el espliego o la sanguinaria.