Pocas veces se funde de una manera tan cristalina un entonro natural, con un ambiente rústico y una gastronomía exquisita. Todo un pueblo se abre a las celebraciones y al disfrute sin igual.
Quince casas rurales, 37 habitaciones disponibles, zonas de aparcamientos, fuentes y espacios abiertos, casi 4.000 metros cuadrados de dehesas con un arbolado variado que enriquece el entorno y encierra la llave necesaria para desconectar.
"Estamos preparados para los grupos", dice Eduardo Tejedor, quien ha vivido desde cerca el incremento de visitantes, alojamientos y servicios de esta original aldea.
Las casas mantienen los techos de madera, las puertas dobles, los escalones con listones, los rincones resguardados. Un gran comedor hace de eje central para las celebraciones más entrañables.
Algo fallaría si un entorno y trazado rural como el de Valdelavila no se viera acompañado por una buena gastronomía. Cada vez más gente recuerda Valdelavilla como un enclave especial, y no sólo por la naturaleza, su silencio o el entorno de piedra, si no por una gastronomía rica y variada, capaz de cautivar al invitado a una boda diferente, a los socios de una empresa que necesitan disfrutar o al grupo de amigos que elige Tierras ALtas como punto de encuentro, Todo alrededor de una aldea, para ti.