La primera ponente del festival On Photo Soria asegura que la combinación entre palabra e imagen "ayuda a crear nuevos significados".
Crónica de Tamar Santos Sandoval
La fotógrafa Cristina Zelich abría este viernes el Festival On Photo Soria 2016 con su ponencia 'Palabra e imagen' en el Palacio de la Audiencia, en la capital.
Cristina Zelich detalló la relación entre la palabra y la imagen a través de la historia, citando a los fotógrafos más reconocidos en esta técnica y exponiendo sus obras al público. "Esta combinación ayuda a crear nuevos significados que no consigues ni con la imagen ni con la palabra por separado", argumentó la autora, haciendo hincapié en lo importante de las palabras para añadir valor a la imagen.
Fue en el siglo XIX cuando la fotografía dejó de tener peso únicamente por sí misma. La obra de Henry Fox Talbot, 'The Pencil of Nature', fue el primer libro fotográfico publicado con fines comerciales. Hasta entonces las fotografías no se mostraban en los libros, sino que se hacían grabados de las mismas. Este ejemplar, publicado en fascículos entre 1844 y 1846, contenía láminas pegadas sobre el papel. Se abrieron dos caminos para la fotografía, "por un lado el del arte y por otro el de su utilidad como documento".
La creación de este lenguaje que servía para describir la realidad, a través de la mirada y las palabras, se le atribuye a Walker Evans, un fotógrafo estadounidense que en los años 30 introdujo en sus instantáneas anuncios publicitarios. "Tenemos consciencia de la bidimensionalidad de la fotografía, sabemos que es una representación de la realidad y no un duplicado de la misma", afirmó Cristina Zelich. Walker Evans trataba de tomar sus textos de esa realidad para llamar la atención sobre algo concreto.
También Barbara Kruger jugó con el lenguaje de la publicidad, a través de un grafismo esencial pero asimismo llamativo e impactante.
En los años 70 Martha Rosler realizó su obra 'The Bowery' enfocada en el barrio neoyorkino Bowery, un distrito marginal, incluyendo por un lado la palabra y por otro la imagen. La ponente observó que "recordaba a la poesía visual por la manera en la que estaba escrito".
Algo similar se le ocurrió a Jeff Wolin Pigeon en su obra 'Hill Portraits: Then and now', donde fotografía un barrio degradado de clase trabajadora en los años 90. Esta obra se compone de dípticos, fotografías comparativas entre su primera y segunda visita a este distrito.
Cristina Zelich destacó también a Robert Frank, considerado el padre de la fotografía moderna, por el aspecto cinematográfico de sus instantáneas al haber dejado el mundo del séptimo arte. Habló sobre "el desgarro emocional patente" que evidenciaba su manera de combinar imágenes y palabras.
Otros fotógrafos como Matt Siber, que borraba el texto de sus fotografías y los añadía a un cuadro adyacente, la feminista Lorna Simpson, que denunciaba los estereotipos a través de su obra o la la iraní Shirin Neshat, que escribía sobre sus instantáneas que mostraban a las mujeres de la revolución de Irán, fueron mencionados. Además de María Bleda y José María Rosa, dos fotógrafos españoles que utilizan las palabras para evocar el tiempo pasado en sus imágenes.
"Cada uno es libre de interpretar lo que le sugiere una imagen", aseguró la fotógrafa, "pero precisamente estos autores tratan de decir que la fotografía tiene múltiples lecturas y al añadirle un texto estás acotando el significado".
Tras concluir la ponencia comenzó una ronda de preguntas en la que el público de la sala, muy participativo, tuvo la opción de aclarar sus dudas.