¡Que no te condicione el estrés, aprende a comer sano!
El estilo de vida actual nos desgasta cada vez más. Conciliar vida familiar y laboral, una mudanza, trabajar lejos de casa, un despido, las oposiciones, enfermedades graves, las prisas, noticias inesperadas, etc., nos generan estrés físico, mental y emocional a corto y largo plazo.
Nuestro cuerpo, dotado de una infraestructura adaptada a cualquier emergencia desde tiempos ancestrales, responde ante cualquier signo de alarma segregando adrenalina. A priori, los sentidos se agudizan y la frecuencia cardíaca hace que los músculos respondan rápidamente; a nivel mental, mejora la concentración y somos más competentes en el desempeño de las tareas; a nivel emocional, los sentimientos afloran y se descontrolan.
El hambre emocional (no fisiológica), sacia nuestro nerviosismo mediante la ingesta de dulces, alimentos calóricos y grasos, lo que desencadena malos hábitos, sobrepeso y obesidad. Hay que saber combatir el estrés aumentando los niveles de serotonina de forma natural ya que produce efecto calmante. Podemos tomar carbohidratos complejos, pescados, pollo, leche, cítricos, verduras de hoja verde y pistachos. Comer sano junto a la práctica diaria de ejercicio físico mejora nuestro estado de ánimo con la producción de endorfinas (moléculas del bienestar) reduciendo las hormonas del estrés.
Introduce hábitos saludables y una alimentación óptima adecuada a tus necesidades. Toma conciencia de la situación y asesórate por especialistas. Descubre que tu salud lo es todo.
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