Pica-Piedra y Pamonha o la capoeira como forma de vida
Entrenamiento de capoeira/ SN
El soriano subcampeón europeo, Carlos Garijo, más conocido como Pica-Piedra, nos cuenta cómo se inció en el mundo de la capoeira y lo que este deporte multidisciplinar supone para él. Tanto su entrenador como Carlos están encantados con los éxitos obtenidos en los últimos tiempos
Carlos y José Luis, o Pica-Piedra y Pamonha, como se refieren el uno al otro con una sonrisilla nerviosa se encuentran en el gimnasio a punto de entrenar. No tardan en explicarme porqué se llaman así entre ellos. Tienen motes heredados de cuando la capoeira estaba prohibida en Brasil y tenían que hablar en clave para no ser detenidos por la policía. Hasta esa tradición histórica sigue viva en la capoeira.
Porque la capoeira es un arte multidisplinar en la que no puedes olvidarte de la música e incluso el canto y que, sobre todo, respeta las tradiciones. No se olvida de lo que un día fue. Como ellos al mantener la costumbre de los sobrenombres.
De origen brasileño, quienes la practican la sienten como una forma de vida. Ambos, Pica-Piedra y Pamonha, pertenecen al grupo Muzenza, uno de los más grandes del mundo de capoeira que en Soria lleva implantado cinco años. En esos mismos cinco años, en la capoeira de esta ciudad han pasado de ser cuatro personas a ser cuarenta y tener un subcampeón europeo entre ellos. Esto, dentro de su deporte minoritario, como ellos dicen, es todo un logro en aceptación social.
Hay varios grupos en los que se puede practicar el deporte porque, como apuntan, "la capoeira no tiene edad, desde niños de tres años hasta personas mayores pueden practicarla porque puede adaptarse a cada etapa de la vida, puede completar cada momento de tu vida".
Ellos, los niños, son quienes tomarán el relevo de este campeón. Carlos Garijo valora por encima de los triunfos y premios el día a día, el esfuerzo constante y las alegrías permanentes que el entrenamiento le da. Porque los premios, dice, "son pasajeros"; aunque bien es cierto que entrena para competir y, como todos, compite para ganar.
Pero Carlos insiste en que nunca esperó ganar y que lo más importante es la necesidad de superación personal que les imprime este deporte. Eso es lo que propició que pudiera hacer una buena actuación en Lisboa y venirse con su medalla más preciada a casa. Reconoce que ganar una competición de gran nivel es "especial, una sensación totalmente distinta a la que puedes haber sentido hasta ese momento en otros campeonatos más pequeños"
A pesar de todo, Pica-Piedra sigue pensando simplemente en seguir entrenando, subir de nivel y, si su cuerpo va respondiendo, ir a por el primer puesto. Pero sin perder de vista el objetivo principal: seguir avanzando como capoeirista.