De votos y partidos

Vuelve a la escena Antonio Pardo para solicitar mayor democracia directa en la elección de los cargos internos del PP. El que fuera alcalde de El Burgo de Osma y presidente de la Diputación defenderá su enmienda en el XVIII Congreso Nacional del PP y, de salir adelante, las agrupaciones territoriales y locales podrían decidir usar la fórmula "un militante, un voto".

Las opciones de que salga adelante son escasas ya que abriría las puertas a la elección del presidente de los populares de manera directa por sus cerca de 850.000 afiliados en toda España. Y ni Rajoy ni la cúpula del PP están por la labor. La propia Cristina Cifuentes ya propuso a finales de 2016 una enmienda similar y el debate fue rápidamente acallado.

Entramos en un mes en el que vamos a vivir el Congreso Nacional del Partido Popular, la Asamblea Ciudadana de Podemos y la Asamblea General de Ciudadanos. Es decir, un mes decisivo para decir quién gobierna internamente a los que luego nos gobiernan a todos. La batalla en el PSOE se resolverá en mayo y junio.

Cada partido tiene su forma de organizarse y de equilibrar las diferentes corrientes, bien sea de manera interna o pública, sin que se haya demostrado que la segunda dé mejores resultados, más bien al contrario.

El PP parece una balsa de aceite regida bajo el ritmo y el estilo de Mariano Rajoy desde 2008, y sin pretensiones de que nadie le discuta el liderazgo mientras sea presidente del Gobierno. En Ciudadanos, nada parece haber más allá de Albert Rivera. Sí, hubo dos candidatos más, pero los sectores críticos han sido incapaces de crear un alternativa creíble. El partido que trata de imponer las primarias al resto tiene una de mentiras. Donde sí hay alternativa es en Podemos, aunque la lucha parece más de personas que de ideas e Iglesias y Errejón tratan de llegar a un acuerdo previo antes de que elija "la gente". Y en el PSOE?, bueno, de lo del PSOE ya habrá tiempo de hablar.