El Bocyl publica la convocatoria de la Consejería de Agricultura y Ganadería donde el cultivo de la remolacha se ve beneficiado hasta los 425 euros por hectárea, entre otros. También apoyan a la trashumante y a las razas autóctonas.
El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica este miércoles, 8 de marzo, la Orden por la que se convocan las subvenciones destinadas a las medidas de agroambiente y clima, así como a agricultura ecológica, incluidas ambas en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2020 y que ascienden, en su conjunto, a 40 millones de euros.
Estas líneas de ayuda dirigidas a agricultores y ganaderos de la Comunidad tienen como objetivo la realización de prácticas agroambientales que contribuyan a la atenuación del cambio climático y que sean compatibles con la conservación del medio ambiente, del paisaje y sus características, de los recursos naturales, del suelo y de la diversidad genética. Así, esta convocatoria va destinada a cultivos agroindustriales sostenibles como es la remolacha; a agroecosistemas extensivos de secano en humedales de importancia internacional; a apicultura para la mejora de la biodiversidad; al aprovechamiento forrajero extensivo mediante pastoreo con ganado ovino y caprino; a cultivos permanentes en paisajes singulares; a la gestión sostenible de superficies forrajeras pastables y al apoyo a los sistemas tradicionales de pastoreo trashumante; a la producción integrada; y al mantenimiento de razas autóctonas puras en peligro de extinción.
En el caso de la ayuda a la agricultura ecológica se busca la realización de prácticas recogidas en los reglamentos comunitarios que repercutan beneficiosamente en el medio ambiente.
Para acogerse a estas ayudas, los profesionales del sector agrario deberán presentar una solicitud que, en caso de ser aceptada, conlleva la suscripción de un contrato de una duración de cinco años y la solicitud anual del pago de la ayuda a través de la solicitud única de la Política Agrícola Común (PAC).
En esta convocatoria, la Junta de Castilla y León, una vez que ha recibido la aprobación por parte de la Comisión Europea de la modificación del Programa de Desarrollo Rural propuesta por la Consejería de Agricultura y Ganadería, destinará un total de 40 millones de euros, de los cuales 30 millones de euros irán dirigidos a las medidas agroambientales y de clima y los otros 10 millones de euros para agricultura ecológica, distribuidos en cinco anualidades.
La principal novedad de este paquete de medidas es la inclusión de una ayuda, de entre 390 y 425 euros por hectárea ?hasta ahora era de 350 euros-, más 100 euros adicionales si se suscribe el compromiso voluntario, a los cultivadores de remolacha dentro de la línea de cultivos agroindustriales sostenibles. Se espera que se beneficien de esta ayuda unos 4.000 agricultores que sembrarán en torno a 25.000 hectáreas de remolacha.
Con la vista puesta en la eliminación de las cuotas en el sector azucarero, se incrementa, de este modo, hasta un 21,4 % esta subvención que tiene como objetivo contribuir al mantenimiento de este cultivo, de gran tradición en la agricultura de Castilla y León, fomentando su gestión sostenible y contribuyendo de forma directa a la mitigación del cambio climático, puesto que la remolacha azucarera destaca por ser uno de los cultivos con mayor capacidad de fijación de dióxido de carbono atmosférico.
Serán beneficiarios de estas ayudas los agricultores titulares de explotaciones agrarias en Castilla y León que dispongan de un contrato de suministro con alguna empresa azucarera y tengan sembrada remolacha. Para recibirlas, los cultivadores se comprometen a cumplimentar el cuaderno agroambiental de la explotación, a rotar la remolacha una vez cada cuatro o más años o una vez cada tres años pero con cultivos diferentes cada una de las anualidades; a gestionar la explotación de forma sostenible (fitosanitarios, maquinaria, riego, formación, etc.); a realizar análisis de suelo para ajustar el abonado; a incorporar al suelo las hojas y restos de remolacha; incluir en la rotación plurianual cultivos de leguminosas, proteaginosas o crucíferas y, como compromiso voluntario, a sembrar leguminosas y enterrarlas antes del cultivo de remolacha.
Dentro del paquete de medidas agroambientales y climáticas se encuentran, además, los agroecosistemas extensivos de secano en humedales de importancia internacional. Se trata de una línea de ayuda que tiene como objetivo conservar los cultivos asociados a avifauna esteparia (en especial, la avutarda) pero focalizada en los humedales con protección europea existentes en Castilla y León: las lagunas de Villafáfila, en la provincia de Zamora, y la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en la que se ubica la Laguna de la Nava, en Palencia.
Así, para recibir estas ayudas, que ascienden a 75 euros por hectárea, los agricultores deberán disponer de superficies de cultivos herbáceos de secano ubicadas en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila o en la ZEPA de La Nava-Campos Norte, y no deberán tener más del 20 % del terreno en regadío. En este caso, los beneficiarios se comprometen, además de a cumplimentar el cuaderno agroambiental de la explotación, a incrementar las dosis de siembra hasta 180 kilogramos por hectárea en trigo y cebada y 150 en otros cereales, que sirvan como alimento para las aves; a no tratar las semillas con productos fitosanitarios tóxicos o peligrosos para el medio ambiente; a reservar un 5 % de linderos de vegetación espontánea; a retrasar la cosecha de cereales hasta después del 10 de julio; a cultivar al menos un 15 % de la explotación a alfalfa de secano y a enterrar el rastrojo del cereal.
Desde la Consejería de Agricultura y Ganadería se prevé que se suscriban contratos con 350 agricultores para una superficie de 35.000 hectáreas.
Esta línea de ayuda pretende compensar, con 10,50 euros por hectárea, es decir, 21 euros por colmena, a los apicultores por la actividad polinizadora que realizan las abejas, favoreciendo así la biodiversidad. Para recibir esta subvención, los beneficiarios deberán ser titulares de explotaciones apícolas inscritas en el registro de Castilla y León y disponer de, al menos, 150 colmenas, con una superficie para pecoreo de, como mínimo, dos hectáreas para cada una. Se comprometen, por ello, a
cumplimentar el cuaderno agroambiental de la explotación apícola; a no superar las cien colmenas por asentamiento; a respetar una distancia superior a mil metros entre asentamientos de 50 colmenas o más, y de 750 metros entre asentamientos con menos de 50 colmenas; a emplear métodos de lucha integral contra varroasis; a mantener los asentamientos en Castilla y León al menos cinco meses, entre abril y noviembre; a no ubicar los asentamientos de forma permanente en parcelas de tierra arable, y a comunicar las bajas y movimientos.
La previsión es que suscriban contratos unos 400 apicultores con un total de 160.000 colmenas.
Esta línea de ayuda, incluida en las medidas de agroambiente y clima, pretende apoyar, con una dotación de 25 euros por hectárea, lo que supone entre ocho y nueve euros por animal, la práctica ganadera extensiva tradicional ligada al suelo como es el aprovechamiento de pastos y rastrojeras mediante pastoreo con ganado de las especies ovina y caprina.
Los destinatarios que reciban estas ayudas, además de disponer de superficie de pastos y rastrojeras sometida a ordenación común, se comprometerán a cumplimentar el cuaderno agroambiental de la explotación; a aprovechar, mediante pastoreo, los pastos y las rastrojeras; a extensificar las prácticas ganaderas (entre una y dos ovejas/cabras por hectárea de rastrojera) y a que las parcelas que se pastorean no estén a más de diez kilómetros de distancia de la explotación ganadera.
En este caso, la previsión de la Consejería de Agricultura y Ganadería es que se beneficien de esta ayuda en torno a 2.150 ganaderos por una superficie de 500.000 hectáreas de aprovechamiento forrajero extensivo.
Esta ayuda, que tiene como objetivo apoyar la presencia de los cultivos tradicionales de olivo, viñedo, almendro, higuera y castaño, por las dificultades de su mantenimiento y por la importancia de su presencia en determinados paisajes, asciende a cien euros por hectárea. Los beneficiarios deberán disponer de parcelas de, al menos, 0,10 hectáreas con cultivos permanentes que tengan una densidad de 100 pies por hectárea y que cumplan alguna de las siguientes condiciones: situadas en terrazas o abancalamientos; que tengan elementos singulares (setos vivos o muros de piedra) en, al menos, cien metros lineales por hectárea; con pendiente igual o superior al 10%; o que estén ubicadas en los Parques Naturales de Castilla y León.
Los agricultores se comprometen, al recibir estas ayudas, a cumplimentar el cuaderno agroambiental de la explotación; a realizar un inventario de las superficies acogidas a la ayuda; a implantar una cubierta vegetal en al menos la mitad de la superficie; a realizar análisis de suelo para ajustar el abonado; a conservar los elementos singulares; a no realizar labores a favor de la pendiente y a no pastorear las superficies.
Se estima que puedan beneficiarse de esta subvención en torno a 500 agricultores que siembran unas 5.000 hectáreas.
Se trata de una línea de ayudas con el objetivo de aprovechar los pastos de manera sostenible evitando tanto el sobrepastoreo como el subpastoreo, y a la vez apoyar la práctica del pastoreo trashumante.
Esta subvención tiene tres rangos que van desde los 35 euros por hectárea como prima general, a los 42 euros si se realiza trashumancia y los 52,5 si esa trashumancia se hace a pie. Los ganaderos que la reciben se comprometen a pastorear las superficies; a extensificar las prácticas ganaderas de tal forma que la carga ganadera esté comprendida entre 0,2 y 1 unidad de ganado mayor por hectárea; a conservar los elementos de gestión ganadera y a que las parcelas que se pastorean no puedan estar a más de diez kilómetros de la explotación ganadera.
Se espera que se puedan beneficiar de esta ayuda 4.000 ganaderos para una superficie de 275.000 hectáreas.
A través de esta ayuda incluida en las medidas de agroambiente y clima se pretende compensar la realización de unas prácticas de cultivo respetuosas con el medio ambiente, a la vez que se consiguen otros beneficios como la obtención de productos agrícolas de calidad y saludables para el consumidor.
La dotación varía desde los 60 euros por hectárea para los cereales de secano hasta los 220 euros por hectárea para las hortícolas al aire libre y, en este caso, los agricultores deberán estar inscritos en el registro de Producción Integrada de Castilla y León y disponer de cultivos de cereales de invierno, hortícolas, frutales de pepita y/o viñedo, que estén incluidos en los correspondientes reglamentos técnicos de producción integrada.
Los beneficiarios de esta subvención se comprometen a cumplir la normativa sobre producción integrada (reglamentos técnicos de cereales de invierno, hortícolas, frutales de pepita y viñedo); a ejecutar el plan de actuación que apruebe la entidad de certificación; a realizar los análisis que se indiquen en el plan de actuación; y a llevar a cabo la fertilización que indique el plan de actuación.
La previsión es que puedan recibir esta ayuda un total de 300 agricultores que sembrarán una superficie de unas 4.500 hectáreas.
El objetivo de esta ayuda es compensar a los ganaderos que mantengan animales de razas autóctonas puras en peligro de extinción, buscando conservar la riqueza genética y la biodiversidad que suponen estas razas.
Con una dotación de 130 euros por unidad de ganado mayor, los beneficiarios que reciban esta subvención deberán pertenecer a una asociación ganadera de mejora y conservación de la raza; disponer de animales reproductores de las especies bovina, ovina, caprina, equina o porcina que sean de razas calificadas como en peligro de extinción; que los animales estén inscritos en los libros de registro genealógico de la raza y disponer de superficie forrajera para la alimentación del ganado.
De este modo, los ganaderos se comprometen a mantener o incrementar el censo ganadero de la raza en peligro, a pastorear las superficies forrajeras y a extensificar las prácticas ganaderas, de tal forma que la carga ganadera esté comprendida entre 0,2 y 1 unidad de ganado mayor por hectárea.
La Consejería de Agricultura y Ganadería espera que se puedan acoger a esta línea de ayudas en torno a 800 ganaderos con 17.000 cabezas de ganado.
Esta ayuda pretende apoyar la adopción y el mantenimiento de prácticas y métodos de agricultura ecológica, que se recogen en los reglamentos comunitarios sobre producción y etiquetado ecológico.
La aportación de la ayuda varía desde los 190 euros por hectárea para los cereales de secano hasta los 500 euros por hectárea para los cultivos hortícolas bajo plástico. Además, si la explotación está en conversión, los primeros dos años percibirá un 20 % más de ayuda. Como novedad se incluye un incremento del 10 % de las ayudas para cualquier agricultor, nuevo o antiguo, que incorpore al régimen de agricultura ecológica toda la explotación.
Para recibir esta subvención, los beneficiarios deberán ser agricultores activos, estar incluidos en el registro de operadores ecológicos de Castilla y León y tener las parcelas inscritas y sometidas a control por parte de un organismo de certificación. Se comprometen, de este modo, a mantener las tierras fijas y sin variar durante los años de contrato; a cumplir la normativa sobre producción ecológica, a no cultivar la misma especie en ecológico y en no ecológico; y a acreditar la certificación de la producción ecológica.
La previsión es que se puedan beneficiar de esta línea de ayudas 500 agricultores con 30.000 hectáreas.
El Bocyl con la convocatoria puede ser consultado aquí.