Como vicepresidente del Comité Europeo de las Regiones y Municipios, el alcalde de Soria se muestra partidario de rubricar alianzas entre ciudades y ámbito rural.
El alcalde de la capital, Carlos Martínez Mínguez, ha participado esta mañana en una conferencia organizada por la Unión Europea bajo la denominación ‘El futuro de la cohesión’. El regidor intervenía como vicepresidente del Comité de las Regiones y Municipios de Europa y representante de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
En su ponencia, ha defendido las alianzas y sinergias que deben marcar el nuevo horizonte europeo donde los intereses de las grandes urbes no deben confrontar con los de los pequeños y medianos municipios y entorno rural. Durante la mesa redonda, se ha expuesto la importancia de buscar y fomentar en el nuevo horizonte de reparto de fondos esos programas que consigan una unión entre las necesidades de las zonas metropolitanas y las de los entornos rurales.
“El camino es el de compartir objetivos y cambiar inercias que con el tiempo hemos podido ver que se han traducido en desequilibrios al primar sólo cuestiones económicas, por sectores o de PIB. Ese abandonar el interior, potenciar las grandes áreas urbanas, ha generado a su vez una pérdida de patrimonio natural, histórico, cultural… que debemos recuperar y que nos beneficia a todos. Por ello, debemos trabajar en herramientas que unan los objetivos comunes que sí tenemos para diseñar un nuevo modelo de desarrollo sin competir pero complementándonos”, ha indicado en su discurso.
Dentro de este modelo, el alcalde se ha mostrado favorable a dar pasos para transformar ese crecimiento económico, basado en programas sectoriales y que, sin embargo, ha dejado en desventaja a las zonas más desfavorecidas, despobladas y rurales. Se trata de perseguir un crecimiento en el que se busque la equidad entre territorios. “El medio rural es fundamental y su abandono supone también la pérdida de grandes recursos patrimoniales. Por ello, lo que aquí defendemos es la colaboración y las alianzas para mundo rural y urbano se den la mano. Las grandes ciudades deben ver estos núcleos como una oportunidad para solucionar muchas de sus carencias y potenciarlos, por lo tanto, como una herramienta para mejorar la calidad de vida”, ha explicado.
Para Mínguez, el objetivo final es que esta igualdad y solidaridad, que siempre ha defendido Europa ya en sus orígenes, descienda del ámbito internacional y ponga su foco en áreas más locales como las comunidades autónomas y en última instancia en las provincias con el ejemplo de Soria como bandera de estos desequilibrios y sus consecuencias en el desarrollo y la despoblación.
El alcalde ha explicado en su intervención que “las pequeñas y medianas ciudades defendemos que es necesario abordar cambios en el nuevo periodo que se abre de reparto de fondos. Es el momento de trasladar y defender ese trabajo previo de alianza entre territorios que hemos ido tejiendo y buscar fórmulas para fomentar la equidad y combatir los desequilibrios desde la colaboración”. Refiriéndose también a aspectos con más incidencia práctica, ha apuntado medidas como “simplificar trámites, arbitrar fórmulas de tutela y asesoramiento técnico para optar a fondos y buscar también porcentajes adecuados de financiación y facilidades para poder encararlas con alternativas mixtas subvención-préstamo a interés cero y a largo plazo”.
Otro aspecto fundamental, que ha trasladado como representante de la FEMP es que “las entidades locales puedan gestionar los fondos sin organismos intermedios como las comunidades autónomas. En el caso español, la competencia de las Comunidades, ha enmascarado graves problemas de desigualdad y equidad derivados de los desequilibrios persistentes, como es la despoblación provincial”.
Dentro del debate, trasladando la voz de los municipios europeos como vicepresidente del organismo CMRE, Carlos Martínez ha insistido en que “la renta per cápita ha introducido un vicio en el sistema de asignación de fondos, esencialmente, dentro de las regiones Objetivo 1. Por ello, se trata de introducir de un lado criterios que permitan visibilizar todos sus problemas, tanto demográficos, económicos, ambientales y territoriales y, de otro, exigir programas de actuación que determinen verdaderos desarrollos locales donde la calidad de vida, el bienestar social y la sostenibilidad ambiental y humana estén presentes y lo hagan con esas sinergias y alianzas entre el mundo rural y el urbano que no se deben dar la espalda”.
“Dado que las singularidades territoriales son importantes, la participación local debería ser prioritaria”, ha añadido insistiendo en que en el reparto de los fondos “se debe trabajar con nuevas variables más allá del crecimiento del PIB. Tener en cuenta las necesidades es reconocerlas territorialmente, actuar con fondos finalistas, considerar los problemas de gestión y exigir programas y estrategias conformes a la ordenación del territorio”.
Carlos Martínez Mínguez ha estado acompañado en Bruselas por la catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, Mercedes Molina, quien ha subrayado la importancia de estar en este tipo de foros donde se traza el camino de la política de cohesión y llevar las demandas de los municipios donde se debate el futuro. “Ahora tenemos una voz firme diciendo que esa política tiene que cambiar. Se han generado grandes centros urbanos conectados globalmente, pero desconectados localmente y, por ello, hay que conocer bien la realidad del problema, de cada territorio para romper la inercia y esto tiene una aplicación directa en la población. Debemos buscar ese punto de conexión entre mundo rural y urbano para beneficiarnos de forma mutua. También estamos pidiendo que si se mantienen los objetivos ya consolidados, al menos exista flexibilidad para poder actuar teniendo en cuenta la singularidad de cada territorio”.