Rodrigo Ortega Izquierdo, del IES Castilla, bronce en la Olimpiada Nacional de Física

“La física se me da bien porque me gusta” reconoce Rodrigo entre sonrisas. Rodrigo Ortega Izquierdo cursa segundo de bachillerato en el IES Castilla y es un alumno sobresaliente. Simpático y educado le gusta lo que a todos los chavales de su edad, “salir con sus amigos, las series…”, aunque tiene una pasión que va camino en convertirse en su carrera; la física. “Me gusta mucho el tema espacial” y esa es una de las opciones que baraja para su futuro. Se debate entre la física pura o hacer ingeniería aeroespacial. “Me apetece investigar pero aplicando las cosas a la vida real” apunta aunque sabe que la vida da muchas vueltas. Sabe que para progresar con éxito en su carrera tendrá que marcharse seguramente de España, “según está la investigación aquí la mayoría de la gente termina marchándose a Suiza, Alemania o Bélgica” denuncia. El idioma no será un problema, Rodrigo estudió un año en Canadá y su nivel de inglés es bueno.

Rodrigo logró la primera medalla de bronce en la XXVIII Olimpiada Española de Física. Las notas de los 136 alumnos que participaron se ordenan y se reparten 10 oros, 20 platas y 29 bronces. Él se llevó el primero de esos bronces “me quedé a unas décimas de la plata” lamenta. La Olimpiada es diferente a los exámenes que hacen en el Castilla, “te hacen pensar y estimular la mente” asegura. “Sales aprendiendo el doble” reconoce de una experiencia que quedará en su curriculum y también en su recuerdo. A Girona acudió junto a otros dos estudiantes pertenecientes a la Universidad de Valladolid (foto).

La prueba, organizada por la Real Sociedad Española de Física, que se disputó en Girona y en la que participaron más de 130 jóvenes de toda España consta de dos partes. Una primera teórica, con 3 problemas aunque Rodrigo reconoce que eran muy diferentes a los que hacen en clase; había uno sobre la catedral de Girona, otro sobre el silbo canario y uno “un poco raro” coincidiendo con el aniversario de Lord Kelvin. La parte práctica reconoce que “era bastante simple” ya que al ser tantos alumnos no había tiempo para hacer algo más complejo.

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