En esta Asociación Cultural y Club deportivo hay personas de todas las edades que disfrutan de las tardes haciendo manualidades o practicando deporte. Pero sólo eso no es suficiente, la sociedad tenemos una cuenta pendiente con los discapacitados, la inclusión laboral, algo que ayudaría a eliminar algunos de los hándicaps con lo que estas personas todavía tienen que cargar.
Todo es alegría al entrar en ANDE. Los chicos y chicas reciben a todo el que allí se acerque con una sonrisa. “Estas personas te enseñan mucho, son felices con cualquier cosa y, los demás, en muchas ocasiones lo tenemos todo y no lo disfrutamos. Aprendes que se puede ser feliz con bastante menos de lo que pensamos. Son ellos los que más me enseñan a mi” cuenta Lucía Molina, coordinadora del centro. ANDE es una Asociación Cultural y un Club Deportivo para personas con alguna discapacidad, independientemente de cuál sea. “Ahora mismo tenemos personas con Síndrome de Down, parálisis, hiperactividad, autismo y todos ellos vienen aquí cada tarde y se juntan y realizan las actividades programadas”. Los chicos y chicas acuden allí cuando quieren dentro del horario del centro, “ellos se organizan según el resto de actividades que realizan en su vida diaria”. Para venir aquí sólo tiene que acercarse un familiar, hablar con el gerente y ya pueden venir. Las edades, son muy variadas, desde los 8 años hasta 60. Algo que también viene muy bien a los chicos y chicas porque se enseñan y ayudan entre ellos. “Si uno tiene que empujar la silla de ruedas de otro, lo hace, además muy contento de poder ayudar”.
UN DÍA EN ANDE
Al centro acuden para realizar actividades de ocio y tener ocupado su tiempo libre. Pasan la tarde haciendo manualidades, recetas, experimentos, salen a exposiciones o se entretienen con juegos de salón. Si hay un cumpleaños, lo celebran y cuenta Lucía Molina, “es increíble lo contentos que se ponen. Hacemos un bizcocho y esa ya es la tarde más feliz”. Otros días van a la piscina. “Les encanta la piscina y, para ellos, esa tarde es divertidísima porque van a nadar y están deseando que llegue el día de esta actividad”. Además organizan también tres actos especiales al año: los Juegos de Salón, el Carnaval y la Fiesta Sanjuanera. Para el carnaval se reúnen con el resto de asociaciones y colegios para discapacitados y participan todos disfrazados. Para la fiesta Sanjuanera, al estar muy cerca de la Cuadrilla de San Juan, cuenta la coordinadora, “una vez que se acercan las fechas festivas, un día vamos nosotros a la cuadrilla y pasamos la tarde con los Jurados y, otro día, vienen los Jurados al local de ANDE donde también merendamos y conocen a los chicos. Son dos días muy divertidos”.
LA INCLUSIÓN
“En Soria están bastante integrados, no suele haber problemas de discriminación. Aunque todavía está pendiente la inclusión laboral”, se lamenta Lucía Molina. “Lo más necesario ahora mismo es que los empresarios se den cuenta de que una persona con discapacidad puede producir lo mismo que otra, tienen que ser valientes”. Porque, tal y como cuenta la coordinadora, es necesaria la inclusión laboral, les hace sentirse útiles: “son adultos y piensan como adultos, no son niños. Ellos ven cómo sus padres van a trabajar todos los días, todo el mundo a su alrededor tiene una actividad laboral, una obligación y ellos no. Y se preguntan: ¿por qué yo no voy a trabajar?”. La inclusión en el mundo laboral ayudaría a normalizar la discapacidad y evitaría algunos de los hándicaps con los que todavía cuenta, pero esta aún es una asignatura pendiente en Soria. Por otro lado, a las personas con discapacidad, les serviría para tener una vida cada vez más normalizada. “Son discapacitados, pero entienden perfectamente y pueden ser muy productivos, yo les cuento las cosas y les hablo a ellos como lo hago con el resto de la gente. Entienden todo lo que pasa a su alrededor”, pone de relieve Lucía Molina.
UNA RESIDENCIA
Esta es la principal reivindicación. Tener una residencia donde los discapacitados que lo necesiten puedan estar internos. Ahora mismo no hay ni una sola plaza en Soria para ello y desde la Comunidad Autónoma se atiende la demanda pero en otras ciudades. “Quizá les mandan a Burgos o a Valladolid. Y eso supone un problema importante porque muchas veces, las familias, que normalmente son ya mayores, no pueden ir a verles todos los fines de semana ni ellos venir solos desde allí” relata Lucía Molina. Esto genera muchos problemas porque “la sensación de abandono puede ser grande”. Se impide de forma indirecta estar cerca de la familia, de los amigos de toda la vida y es una tristeza enorme la que sienten, “pero tampoco pueden rechazar las plazas porque, si lo hacen, salen de la lista de espera”. Es una necesidad acuciante, “el resto de necesidades del centro se cubren con las subvenciones y las colaboraciones y ayudas particulares, pero ésta, necesitamos de ayuda pública para que nos permitan hacerlo, aunque sea de forma privada”. Por otro lado, desde ANDE remarcan enormemente la disponibilidad de la mayoría de la sociedad soriana que siempre apoya las iniciativas o las empresas que colaboran con ellos. “Somos afortunados en eso, levanto el teléfono para pedir cualquier cosa y quien me responde siempre está dispuesto a ayudar, es algo que agradecemos mucho”.
CLUB DEPORTIVO
El deporte es imprescindible para el desarrollo y la buena salud de cualquier persona y, por supuesto, también para los discapacitados. Desde la FEDI (Federación Española de Discapacitados) se organizan las competiciones en distintas disciplinas como atletismo, equitación, golf o natación. Para el atletismo, por ejemplo, se preparan individualmente, “ellos cogen sus zapatillas y salen a correr.