La central térmica incorpora una máquina de absorción que reduce al mínimo la salida de humos al exterior, recuperando el calor que se expulsa por las chimeneas
La empresa que ejecuta la Red de Calor con Biomasa de Soria, la firma soriana REBI, obtenía licencia municipal la pasada semana para la construcción de un depósito de inercia con capacidad de acumulación de 5.000 metros cúbicos, en las inmediaciones de su central, detrás del Mirón. Una iniciativa dada tras el completo estudio efectuado por parte de los técnicos de la empresa sobre el comportamiento de las redes de calor en países europeos, donde llevan instauradas hace hace décadas y donde en la actualidad utilizan este tipo de sistemas de acumulación inercial para aumentar la eficiencia.
Este depósito se encargará de acumular energía térmica en forma de agua caliente a 90 grados centígrados, que se generará en horarios donde la demanda de energía por parte de los usuarios sea más baja y, de este modo, poder asumir puntas de demanda más elevadas a lo largo del horario de calefacción y agua caliente sanitaria ACS. De este modo, y según la técnico de REBI Virginia Borondo, será posible “abastecer a un mayor número de usuarios al mismo tiempo a través de la Red de Calor gracias a la acumulación”.
Para que el agua permanezca a la temperatura deseada y no se produzcan pérdidas térmicas que afecten a la eficiencia del conjunto, este tipo de depósitos se aíslan completamente del exterior “con lana de roca y exterior en chapa grecada”. Disponen así mismo de sensores de temperatura a diferentes alturas, “para controlar en todo momento el nivel de estratificación”.
El objetivo del equipo de la empresa soriana es “conseguir la central de calor más energéticamente eficiente del país” y para ello la firma también está inmersa en la instalación de recuperadores de calor en la central “con el fin de recuperar el calor que las calderas de biomasa expulsan por la chimenea”.
Así, están instalando una máquina de absorción de 2.000 kilovatios que se encarga de pasar una corriente de agua por los conductos de humos a través de unos intercambiadores y condensadores tubulares. “La corriente de agua absorbe todo el calor posible de los gases de combustión antes de que estos salgan a la atmósfera” señala la responsable técnica. De esta forma se consigue aumentar el rendimiento de las calderas y, consecuentemente, el del conjunto de la instalación.
Esta reforma afectará también positivamente al aspecto general de la central “ya que al enfriarse los gases de combustión, se condensará gran parte del vapor de agua existente en los mismos, por lo que la percepción visual de la salida de los humos desde el exterior será reducida al mínimo” ha explicado.
La central térmica continúa de este modo, su la ampliación de la Red de Calor con Biomasa en su avance hacia la zona sur de la ciudad, Soria después de veinte meses de funcionamiento, un total de 28 kilómetros de red en doble dirección para abastecer de calefacción y agua caliente sanitaria a 16.000 usuarios.
Además, REBI ya introdujo su tercera caldera de combustión de astilla para que, a día de hoy más de 8.000 sorianos y una docena de edificios públicos estén conectados a la Red Urbana de Calor a partir del 8 de enero de 2015, fecha en la que entró en funcionamiento.