Carlos Romo e Inés Sanz, los Jurados de La Mayor, nos cuentan su experiencia
Así, con solo 25 años, Inés Sanz es Jurada en este 2017. Le acompaña Carlos Romo, su pareja. Pero es que, antes de ser Jurados este año ya han colaborado en distintas cuadrillas en años pasados. Son jóvenes, pero con larga tradición sanjuanera. Sobre las paredes de esta cuadrilla también cuelgan recuerdos de Jurados pasados, del abuelo de Carlos Romo en 1958 y, como todos, han tirado de amigos para que les ayuden y las botas que les han hecho pueden atestiguarlo.
Además, han colgado del techo las partituras de las Sanjuaneras en un homenaje a la música que reina durante todas las fiestas. El logotipo refleja San Juan y una piñorra por expreso deseo de la Jurada. “En cuanto supimos que íbamos a ser Jurados llamamos a un amigo diseñador y, en una semana, ya teníamos diez bocetos de logotipos”. Desde el principio les gustó este, que se tornó en definitivo tras algunos cambios. Como ellos mismos dicen “hay que pelear que cada vecino entre en cuadrilla, hay una desigualdad enorme entre las cuadrillas” y, en la suya, muchos pisos se encuentran vacíos. Pero recuerdan con una sonrisa haber ido a algunas casas en las que han entrado tres personas. “Al final va en cada persona, pero está claro que hay que hacer algo porque, a corto plazo puede mantenerse pero a largo, es una situación insostenible”, reflexiona Romo.
De momento, ellos pelean porque la lista de vecinos que entra en la cuadrilla no disminuya respecto del año pasado “eso ya es un logro”. Y recuerdan el Catapán como, de momento, uno de los momentos más especiales. La calle y el local estaban llenas de gente y “es gratificante ver que las fiestas salen adelante y la gente disfruta y lo pasa bien”. Solo esperamos que en los cinco días de fiestas seas iguales, aunque al final también es agotador. “Queremos que lleguen, pero no que se acaben”.